Editada por HODGSON & BURQUE psicólogos

Filmoterapia

Cine, coaching y psicología

17 cosas que aprendí de mis pacientes durante la pandemia (parte II)

(viene de aquí)

8. Ayudar (ayudándose primero a uno mismo)

Ayudar en todas sus vertientes: ayudar al amigo que lo está pasando mal, cuidar a los mayores, escuchar, animar, regalar, cocinar, dar dinero a ONGs y asociaciones, estar pendiente de quien no se encontraba bien…Ayudar ha aportado a mucha gente y le ha dado mucha energía para seguir hacia adelante.

Pero siempre cuidándose mucho a sí mismos, sabiendo hasta dónde podían ayudar y sabiendo cuáles eran sus límites. Mucha gente se ha quemado intentando ayudar sin saber que no eran un saco sin fondo y olvidándose de un principio fundamental de quien cuida: Cuida primero al cuidador, sin él es imposible cuidar.

"Con el tiempo y la madurez, descubrirás que tienes dos manos; una para ayudarte a ti mismo y otra para ayudar a los demás." (Audrey Hepburn)

9. Desintoxicarse (o quitarse el lastre de todas las fuentes de emociones negativas posibles)

Cuántas veces durante estos meses he escuchado en terapia la frase de “Fue dejar de ver las noticias y me sentí mucho mejor!”. La indigestión, intoxicación y distorsión de información por parte de los medios de comunicación ha sido descomunal.

Hemos estado 24/7/365 viviendo en una espiral informativa de coronavirus, de muertes, contagios, problemas, incidentes…y en cuanto llega la vacuna hablando 24/7/365 de riesgos mortales, efectos secundarios gravísimos, ingresados, muertes, problemas…

Todo esto ha afectado psicológicamente a mucha gente y muchos pacientes mejoraron enseguida su estado de ánimo en cuanto fueron capaces de cortar y quedarse con la información mínima necesaria y objetiva (protocolos, cierres, casos en la zona, advertencias de las autoridades, fechas de vacunación…)

Otra fuente de desintoxicación muy efectiva que he visto ha sido la de desprenderse de aquellas relaciones personales negativas o tóxicas. Gente cercana victimista, demandante, iracunda, negacionista, enjuiciadora, extremista a nivel político, agresiva… Personas que quitan la poca energía que tenemos cuándo estamos mal. Silenciar un perfil en facebook, irse de un grupo de whatsapp, dejar de llamar a personas concretas o dedicar más tiempo a estar con gente positiva ha sido agua de mayo para mucha gente

En este sentido internet también ha hecho mucho daño al multiplicar por infinito las fakes news sobre el coronavirus y activar los sesgos cognitivos de mucha gente que se ha escorado a posiciones cada vez más extremas y distorsionadas en sus razonamiento: desde los negacionistas hasta la gente de extrema derecha pasando por aquellos que viven en un temor patológico a todo que tenga relación con el coronavirus. Por eso también he visto que al agente le ha venido muy bien no buscar nada por Google, dejar redes sociales como Twitter o irse de grupos de whatsapp que no paraban de discutir

Por último mucha gente ha sido también capaz de cargarse otras fuentes de emociones negativas. Actitudes negativas como el victimismo o el perfeccionismo, pero también distorsiones cognitivas como los «debería».

10. Estar en el presente y nunca adelantarse, ni preocuparse ni ilusionarse

Tengo un paciente que tiene una grave leucemia y que comenta que él ya no se preocupa del futuro, que intenta estar al máximo en el presente. Tiene una actitud de quitarse el sombrero en dónde vive cómo dice él de manera zen, sin adelantarse nunca a lo que pueda ocurrir. Mindfulness 100%.

Y no es fácil llegar a este punto tan sabio pero muchas personas que se adelantaron al futuro (por ejemplo con la evolución del coronavirus) lo pasaron muy mal, ya fuese en negativo (con tremendismos, miedos anticipatorios o preocupaciones) o en positivo ( con optimismos infundados creyendo que todo iba a estar ya solucionado y con golpe de realidad final).

"El AYER es historia, el MAÑANA un misterio, pero el HOY es un obsequio. Por eso se le llama PRESENTE." (Kung Fu Panda)

11. Verbalizar (y llorar si hace falta)

Nunca en la historia tantas personas en el mundo habían vivido a la vez una situación tan crítica a la vez. Todas las conversaciones se han focalizado durante meses y meses en el coronavirus copando a veces hasta el 100% de todo lo que se hablaba. Eso por un lado nos ha hecho compartir nuestros miedos e inseguridades y nos ha servido de apoyo terapéutico.

Pero mucha gente se ha ido a los extremos, o ha caído en un victimismo atroz (quejándose día y noche de su situación) o se ha construido una coraza gigante y se ha guardado su malestar por muchas razones: miedo a preocupar, tener que tirar de otras personas, etc. La gente que ha sido capaz de verbalizar, llorar o compartir sus sentimientos de manera sana le ha venido muy bien para descargarse continuamente, afrontar su crisis y ser consciente de su situación a nivel emocional.

12. Buscar ayuda

Muchas personas no han sido capaces de sobrellevar tanta carga e incertidumbre y han roto (trastornos de ansiedad, depresión, etc). Eso no es ninguna debilidad, lo que si es una fortaleza es la capacidad de pedir ayuda y reconocer que uno no se encuentra bien. Ya sea hablando con la gente que te rodea, yendo al psicólogo o tomando medicación.

13. Aprender, crear y ser curioso (las fortalezas psicológicas de la sabiduría y el conocimiento)

Para acabar quiero centrarme en estos últimos 5 puntos en aquellas fortalezas psicológicas que muchos pacientes demostraron o aprendieron de manera significativa durante estos meses.

Por ejemplo la creatividad, la pasión por aprender y la curiosidad son fortalezas psicológicas que han ayudado a mucha gente durante estos meses de pandemia. Momentos creativos como cocinar o pintar con acuarela, momentos de curiosidad y aprendizaje como escuchar un podcast sobre el imperio romano. Momentos que han llenado a estas personas, focalizando su atención a estos temas y consiguiendo relajarse, llenarse y afrontar estos tiempos tan duros de pandemia.

14. Ser valiente y vital (las fortalezas psicológicas del coraje)

La vitalidad es una fortaleza se encuentra en aquellos individuos que viven plenamente cada momento de la vida, evitando el abatimiento y llenos de energía vital. Quien ha demostrado esta fortaleza ha sido capaz de tener fuerzas para seguir adelante durante estos meses.

La valentía es otras fortaleza psicológica que conlleva ser capaz de reconocer los miedos que nos atenazan y enfrentarnos a ellos. Y muchísima gente ha sido muy valiente al enfrentarse a tantos miedos que nos han rodeado, desde el miedo a la muerte, a nuestro futuro laboral o a los efectos secundarios del coronavirus.

15. Amar y ser generoso (las fortalezas psicológicas de la humanidad)

El amor en todas sus formas: el amor de padres e hijos, de hermanos, de parejas, de amigos…Esta fortaleza es la que nos llena constantemente de ganas para seguir hacia adelante, la que nos da sentido a la vida, la que nos alivia al pensar que hay gente que nos quiere, la que nos permite aguantar la incertidumbre al apoyarnos en alguien.

Pero también hablamos del amor puro, el dar sin esperar nada a cambio, la generosidad, el altruismo o la compasión. Que ha permitido a mucha gente sentirse bien ayudando a los que más lo necesitaban.

"El mejor tipo de amor es aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más, nos enciende el corazón y nos trae paz a la mente. (El Diario de Noa/ The Notebook)"

16. Buscar un sentido, reírse, apoyarse en la esperanza, la belleza y la gratitud (Las fortalezas psicológicas de la trascendencia)

La trascendencia ocurre cuando nos movemos más allá de nuestra experiencia humana o comprensión vital. Las fortalezas que acompañan a esta virtud nos ayudan a conectar con lo que nos rodea y proveernos de un sentido mas profundo de significado y propósito en la vida.

Con estos ingredientes queda claro la importancia de estas fortalezas y como ha mucha gente le ha ayudado trascender lo ocurrido a través de la espiritualidad (buscar un sentido a lo ocurrido), la esperanza (pensar en un futuro mejor), el sentido del humor (reírse y hacer reír con los dramas de nuestra vida), la apreciación de la belleza (descubrir la belleza o la excelencia que nos rodea) o la gratitud (centrarse en lo que uno tiene y dar gracias por ello)

17. Perdonar, ser prudente y con autocontrol (las fortalezas psicológicas de la templanza)

La fortaleza psicológica del perdón se caracteriza por “perdonar a aquellos que han cometido un error, aceptando sus defectos, dando a la gente una segunda oportunidad, y liberándose de emociones negativas como la ira o la angustia.”

Vemos en esta definición cómo el perdón es un antídoto ante la ira y el rencor. Mucha gente ha sido capaz de perdonarse a si mismos, de perdonar a la gente que le rodeaba o incluso de perdonar errores más generales de científicos, médicos o políticos. Todo esto le ha ayudado a desprenderse de un rencor y un victimismo que sólo hace daño.

También hay otras dos fortalezas de la templanza que le ha ayudado a la gente. El ser prudente (ya sea en sus predicciones o en sus conductas) o la fortaleza del autocontrol (y que permite crear hábitos, metas ser disciplinados o no dejarse llevar por emociones negativas destructivas)

Categoría: Recursos psicológicos

Etiquetas: Aceptacion, Actitudes negativas, Ansiedad, Crisis vital, depresión, Duelo, Emociones negativas, Emociones positivas, Fortalezas psicológicas, ideas irracionales, Inteligencia emocional, Reflexiones terapeuticas, Relajación, Renovacion y transformacion, Resiliencia, Terapia cognitiva

Etiquetas de cine: El libro de Filmoterapia

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15 comentarios

  1. Este artículo es una lectura conmovedora y perspicaz que ofrece una visión única de las experiencias y lecciones aprendidas durante estos tiempos difíciles. Me impresionó cómo el autor compartió historias reales de sus pacientes y las enseñanzas que surgieron de esas interacciones.

    Cada una de las lecciones presentadas en el artículo es poderosa y resalta la resiliencia, la conexión humana y la importancia de cuidar nuestra salud mental y emocional. Me conmovió especialmente cómo se resaltó la importancia de la empatía y el apoyo mutuo, así como la necesidad de encontrar momentos de alegría y gratitud en medio de la adversidad.

    Este artículo es un recordatorio poderoso de que, incluso en los momentos más oscuros, hay lecciones valiosas que podemos aprender y oportunidades para crecer. Felicito al autor por su enfoque sensible y por compartir estas lecciones inspiradoras con sus lectores. Sin duda, este artículo resonará en aquellos que han experimentado la pandemia de primera mano y brindará un sentido de esperanza y conexión.

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