Esta semana vamos a ver uno de los ingredientes más importantes de nuestros enfados, desánimos, bloqueos o frustraciones innecesarias. Una manera muy peculiar que tenemos de hablarnos a nostros mismos y que forma parte de casi todas las actitudes negativas o ideas irracionales. Una palabreja que muchas veces nos bloquea, nos quita poder en la vida y nos genera emociones negativas desproporcionadas. Hablamos de los “debería”(los “tengo que”, “tendría que”,”tiene que”….)
¿QUE SON LOS DEBERÍA?
Para comprender un poco más lo que significa este ingrediente tan negativo de nuestro pensamiento os dejamos con esta muy buena definición del libro Venza Sus Temores (Reneau L. Peurifoy):
El pensamiento debería/debo se refiere a la transformación de elecciones personales, deseos o preferencias en absolutos universales. Esto se hace normalmente al pensar en palabras y frases tales como «debería», «debo», «es necesario» y «tengo que». Cuando usted utiliza el pensamiento debería/debo tienden a ocurrir tres cosas. Primero, centra su atención en los aspectos no deseados de un problema y en la molestia que está experimentando, más que en encontrar soluciones posibles. Segundo, tiende a desperdiciar tiempo y energía criticando y condenando a la persona o cosa que está quebrantando la norma debería/debo. Tercero, pierde algún contacto con la realidad cuando entra en el mundo de la fantasía de cómo «deberían» ser las cosas.
UN EJEMPLO DE «DEBERÍA»
Una noche, Donna tuvo una experiencia que ilustra estos tres aspectos de pensamiento debería/debo. Mientras se dirigía a casa de una amiga para una cena informal quedó atrapada en un atasco de tráfico. Debido a que Donna tenía la norma: «Siempre debo llegar a tiempo», reaccionó con el siguiente autodiscurso: «¡Oh, no! No llegaré a tiempo. No puedo retrasarme. ¡Es terrible! Debo llegar a tiempo». La norma debería/debo de Donna creaba la creencia falsa de que sólo existía una posibilidad en esa situación. Donna tenía que llegar a tiempo. Nada más era aceptable. Esto mantuvo su mente centrada en_ los aspectos no deseados de un acontecimiento que no tenía poder de predecir o impedir. Era incapaz de adoptar un enfoque de solución del problema, considerando los modos prácticos y positivos de abordar la dificultad del atasco de tráfico. Pronto, Donna se encontró reprobando a la persona que quebrantó la norma debería/debo, en este caso ella misma. «Chica, has fallado. Ni siquiera consigues llegar a tiempo a una simple cena. Deberías saber que tenías que salir antes.» También dedicó tiempo a reprobar a las personas y acontecimientos que contribuyeron al problema: «Estúpidos conductores. ¿Por qué la gente no conduce como se supone que debe hacerlo? ¿Y por qué no pueden hacer algo con esta carretera?». Puesto que la mayoría de las normas debería/debo como ésta proceden de la infancia, Donna, como muchas personas, encontró que su autodiscurso sonaba como un padre crítico interno. Cuando usted dice que algo debería o debe existir y realmente no existe, en alguna medida p1erde el contacto con la realidad y entra en un mundo de fantasía. La fantasía Donna juzgaba que no había ningún sustituto para llegar a tiempo. En el mundo real, de vez en cuando iba a llegar tarde. Cuando la realidad se impuso a la fantasía de Donna, la mujer experimentó una tremenda ansiedad junto con resentimiento hacia alguien o algo, que la demoró aún más. Incluso se encontró conduciendo con imprudencia, arriesgando su vida, su automóvil y las vidas de los demás conductores. Como llegó tarde, Donna se castigó con la autorreprobación por quebrantar su norma debe- ría/debo.
Del libro Venza Sus Temores (Reneau L. Peurifoy)
12 CONSECUENCIAS MUY NEGATIVAS DE LOS «DEBERÍAS»
La verdad es que tdoos tenemos algún «debería» por ahí colgando en nuestra vida, además tan integrados en nuestro discurso automático que no nos damos cuenta de las consecuencias tan negativas que genera. Para comenzar a ser conscientes de este tipo de lenguaje veamos a continuación 12 consecuencias nada positivas del hecho de hablarse a través de los deberías/debo/tengo que:
1. Provoca que analicemos la vida en términos de todo/nada, bien/mal, blanco/negro… (por ejemplo, o tengo una novia o todo lo demás es un desastre). Eso provoca que en nuestra paleta de colores al analizar la vida solo haya blancos y negros, una fantasía muy negativa que nos puede hacer mucho daño. La vida no es ni negra ni blanca, está llena de millones de colores ( o grises, como querais decirlo)
2.“Tenía que haberlo llamado, pero no lo hice,¿por qué no se me ocurrió hacerlo?, que desastre porque debería haberlo hecho, pero no lo hice, ,¿como pude olvidarme?, no valgo para nada…” Cuando pensamos en términos de “debería” creamos una especie de cortocircuito en nuestro cerebro que hace que pensemos en círculo sin que nunca se encienda ninguna “bombilla” en nuestro cerebro. Es lo que yo llamo de broma “poner la lavadora” y que es también conocida como “rayarse”, “comerse la cabeza”, “rumiar”, “disco rayado”, “darle vueltas a todo”. En psicología se llama interrogatorio circular y aparte de que nunca salimos de un bucle que puede ser infinito tampoco encontraremos soluciones, opciones o alternativas a nuestro problemas.
3. A nivel personal muchas veces sufriremos un enorme desgaste para conseguir las cosas que “tenemos que hacer” ( por ejemplo hacer las cosas perfectas en el trabajo). Y otras muchas veces (la mayoría de ocasiones) será tan grande la apuesta que nos marque nuestro” debería” que lo pospondremos (ya iré a correr, ya llamaré a la chica que me gusta…), nos bloquearemos (no puedo ir al examen, seguro que suspendo) o nos lamentaremos por no hacerlo (tenía que haber estudiado más, que desastre..)
4. Viendo todo esto, nuestra autoestima puede salir muy mal parada al llegar a insultarnos por no hacer lo que deberíamos hacer ( (Mira que no llamar a la chica que te gusta, no vales para nada), tener sensación de falta de control (no puedo con todo) o de nunca alcanzar nuestras metas (siempre estoy posponiendo todo y nunca hago nada en mi vida).
5. Centramos nuestra atención en los aspectos no deseados del problema y en la molestia que estamos experimentando, más que en encontrar soluciones posibles.(Que asco de día, mira que estar lloviendo)
6. Perdemos algún contacto con la realidad cuando entramos en el mundo de la fantasía de cómo «deberían» ser las cosas…pero no lo son. (Debería de hacer buen tiempo,¿por que no hace buen tiempo?)
7. Tendemos a a desperdiciar tiempo y energía criticando y condenando a la persona o cosa que está quebrantando la norma debería/debo (nosotros, los demás, la mala suerte…)
8. A nivel emocional la consecuencias son muy evidentes, los niveles de ansiedad pueden llagar a ser desorbitados al no conseguir lo que “tendríamos que conseguir pero no conseguimos” y además al notar que no depende nada de nostros y que nunca controlamos nuestra vida, el riesgo del desánimo o incluso una depresión es muy alto.
9. Cuando analizamos nuestro pasado en términos de debería, solo conseguiremos un gigantescos niveles de culpabilidad al machacarnos por no haber conseguido lo que teníamos que haber conseguido. Además no aceptamos lo ocurrido (los debería bloquean los procesos de duelo), no analizamos bien el posible error y nunca aprenderemos. (Me siento muy culpable porque tenía que haberla felicitado su cumpleaños)
10. Por otro lado si enfocamos la realidad a través de los debería generaremos unos niveles de frustración, enfado, ansiedad o desánimo desorbitados que nos harán muy infelices (Vaya atasco, no llegaré a tiempo a la reunión. Me estoy poniendo muy nerviosa)
11. Si vemos a los demás desde el prisma de cómo deberían ser o comportarse, estaremos abocados a un enfado y decepción constante con ellos y nuestras relaciones afectivas pueden verse muy dañadas.(Mira que no felicitarme en mi cumpleaños, me ha decepcionado)
12. En resumen, los debería son el germen de los perfeccionismos (cómo deberíamos hacer las cosas), de la culpabilidad (cómo deberíamos haber actuado), de las preocupaciones ( cómo debería ser el futuro…pero y si no lo es?), de las frustraciones extremas (cómo debería ser la realidad) o de casi todos los enfados con los demás (como debería él haberse comprtado).
UNA PRACTICA PARA TRABAJAR TUS DEBERÍAS
Como hemos ido viniendo explicando en los posts anteriores, los «debería/debo» forman parte de nuestra manera de interpretar la vida y por lo tanto se pueden reestructurar y modificar. Os proponemos a continuación una interesante practica para trabajar vuestros deberías. Durante unos días intenta ser consciente de tus normas personales debería/debo/tengo que. Para ello escribe en una libretita cada vez que te encuentres o te sorprendas pensando o diciendo alguna frase que contenga la palabra o la idea “debería “debo o tengo que”.
Los debería en nuestra vida pueden ser desde los aspectos más vitales hasta las cosas más nimias y concretas, por eso os dejamos una pequeña lista de debería típicos para que los veais y reflexionesis si los teneis.
“Para ser feliz debería tener una pareja, ganar mucho dinero, un coche, una familia, un Iphone… ” “Tengo que cambiar mi vida, si no todo será un desastre” “Debería tener siempre salud, juventud, trabajo…para mi y para los demás” “No debería haberme ocurrido lo que me pasó en el pasado” «Me salió bien el cuadro, trabajo, postre, reunion…pero tenía que haberlo hecho perfecto» “Digo a los demás como deben comportarse y eso suele crearme problemas en las relaciones” “Está mal pensar primero en uno mismo, pensar así es muy egoísta.” “Me enfado con los demás cuando no hacen bien las cosas “Soy muy perfeccionista en todo lo que hago, con todo el desgaste y falta de eficacia que eso conlleva (incluso a veces dejo de hacer las cosas por miedo a no hacerlas bien “Tengo que sacrificarme siempre por los demás.” “Tengo que agradar y caer bien a todo el mundo.” “Nunca debería enfadarme” “Debería ser feliz” “Las cosas tienen que estar bien hechas y lo que está bien, está bien, y que lo que está mal, está mal, y ya está” “No debería haber tanta injusticia en el mundo” “Debería disfrutar siempre y nunca agobiarme” “No tenía que haber cometido aquel error en mi vida” “Debería ser mas guapo, alto, delgado…” “Pepito no debería haberse comportado así conmigo” “Tengo que tener éxito en mi vida” “Tengo que ir a correr, adelgazar , empezar a estudiar…”
Recuerda también que los «debería» están detrás de cada vez que uses términos extremos (todo/nada), caigas en el“disco rayado”, pospongas decisiones importantes en tu vida o generes emociones negativas constantes y demasiado intensas.
Después de unos pocos días, repasa tu lista e intenta pasarle a cada debería los filtros de pensamiento. Finalmente toma una decisión consciente acerca de si quieres mantener, cambiar o eliminar cualquiera de las normas que has estado siguiendo hasta ahora (en el post del otro día ponemos varios ejemplo). A partir de ese momento, cada vez que te encuentres diciendo, pensando o basando tus acciones en una norma que quieras eliminar, párate un momento e intenta cambiarlo por aquella frase que has decidido poner en vez.
(En el famoso libro «Quien se ha llevado mi queso» nos proponen una excelente metáfora de como los «debería» pueden bloquearnos en la vida y como ser capaces de romperlos, aquí os dejamos un corto de animación basado en el libro)
Ya para acabar ponemos el ejemplo de Donna,una chica que al principio de nuestro post veíamos como sufría por llega tarde a los sitios. Veamos como tras trabajar con los filtros ha ido cambiando su manera de pensar y lo comprueba al volverse a enfrentar a una situación parecida (del libro Venza Sus Temores de Reneau L. Peurifoy):
Donna volvió a encontrarse en un atasco de tráfico. Esta vez sucedió mientras conducía en dirección al trabajo. Como suele ocurrir, su primer impulso fue el de reaccionar con su vieja pauta de pensamiento debería/debo. No obstante, ahora reconocía que estaba haciendo y utilizando el siguiente autodiscurso racional para desafiar las viejas pautas.
«Un momento. Aquí estoy otra vez inquietándome por llegar tarde cuando no hay nada que pueda hacer al respecto. Me gusta llegar a tiempo No obstante, no hay ningún modo de poder hacerlo hoy. Mi jefe entiende los problemas con el tráfico en la ciudad y realmente no importa si de vez en cuando llego un poco tarde. De hecho, él a menudo se queja respecto de este mismo tramo de carretera. Parece que sólo llegaré con diez minutos de retraso y es la única vez que he llegado tarde este año. Cuando llegue al trabajo explicaré lo que ha sucedido Ahora vamos a relajamos y a escuchar la radio, y llegaré al trabajo tan pronto como pueda.
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Muy interesante!