Editada por HODGSON & BURQUE psicólogos

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La justicia y sus fortalezas

“Justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras, son metas” (V de Vendetta)

La justicia es una virtud amplia que aglutina el concepto de interacción entre individuo y sociedad y que se compone de tres fortalezas psicológicas: el civismo, la equidad y el liderazgo.

La mejor manera de definir esta virtud es comparándola con otra gran virtud, la humanidad. Así, mientras que la humanidad se refiere a las relaciones entre dos personas, la justicia se refiere a las relaciones entre una persona y otras personas. Y mientras que el objetivo de la humanidad es mantener una determinación compasiva sobre el otro, el objetivo de la justicia es determinar de forma objetiva los derechos y responsabilidades morales hacia los demás.

La justicia es imprescindible para desarrollar nuestra perspectiva y sabiduría, aumentar las habilidades de afrontamiento a los problemas de la vida  y fortalecer nuestra aportación a la comunidad, a la sociedad o incluso al ser humano como tal.

De las seis virtudes, las virtudes de justicia y humanidad son las más universales y han sido encontradas en todas las tradiciones mayoritarias.

Las películas que hablan de justicia hablan del deber cívico, la fuerza de la comunidad y las acciones sociales.

LA EQUIDAD/ SENTIDO DE LA JUSTICIA

«¡Solo trato de exponer una duda razonable!» (Henry Fonda en 12 Hombres Sin Piedad)
La equidad es una fortaleza psicológica que nos permite ser ciudadanos responsables, verdaderos amigos y tener altos valores éticos. Según los psicólogos Peterson y Seligman el desarrollo de un juicio ético se completa con el compromiso a ser justo en todas las relaciones con los demás enfatizando aspectos como:

– el desarrollo de  habilidades para el consenso equitativo,

– la sensibilización con la justicia social, la expresión de compasión por los demás

– y  la perspicacia necesaria para comprender las relaciones y obtener resultados equitativos.

La tradición de la justicia esta unido a la psicología del desarrollo y especialmente con el trabajo de Kohlberg, el cual desarrolló una teoria evolutiva sobre el juicio moral de gran influencia posterior. Según esta teoría, el desarrollo moral se produce siempre pasando progresivamente por los diferentes estadios, sin ningún tipo de salto evolutivo, sin volver hacia atrás. Es un desarrollo que va vinculado al desarrollo psicológico de la persona. Sin desarrollo psicológico no hay desarrollo moral. Veamos los seis estadios:

– El primer estadio de ese desarrollo lo denominó obediencia y castigo; en esta primera etapa los niños descubren las reglas y tienen una obediencia ciega a las mismas.

– El segundo estadio denominado individualismo y intercambio los niños se dan cuenta de que existen unas reglas pero también desarrollan su propio punto de vista.

– El tercer estadio, el de las relaciones interpersonales los niños procuran adecuarse en su actividad a la moral del grupo en el que viven.

– El cuarto estadio es el del mantenimiento del orden social , el objeto de la moralidad sería mantener el orden social.

– El quinto estadio es denominado como de contrato social y de derechos individuales; en esta etapa la persona se da cuenta que ante un hecho existen diferentes puntos de vista morales por parte de la gente y también asumen que las leyes son importantes para el mantenimiento de la sociedad.

– El último estadio, esto es el sexto, sería el de los principios universales. Se toma conciencia que hay principios éticos universales que se han de seguir y tienen prioridad sobre las obligaciones legales e institucionales convencionales. Se obra con arreglo a estos principios porque, como ser racional, se ha captado la validez y se siente comprometido a seguirlos. En este estadio impera la regla de oro de la moralidad: «hacer al otro lo que quiero para mí«. Y se tiene el coraje de enfrentarse a las leyes que atentan a los principios éticos universales como el de la dignidad humana o el de la igualdad. Es el estadio moral supremo, el de Gandhi, de Martin Luther King y el de todas las personas que viven profundamente la moralidad.

CIVISMO/RESPONSABILIDAD SOCIAL

«¡Equipo, equipo, equipo!» (Hoosiers)

El civismo como fortaleza se relaciona con el concepto psicológico del Gemeinschaftsgefüh, un término alemán que suele traducirse como interés social o sentimiento de comunidad. Las personas con esta fortaleza son aquellos individuos que se orientan hacia la comunidad tanto o más que hacia su propio interés. El civismo conlleva una participación con la comunidad, la búsqueda de igualdad y cooperación, la cohesión social y el optimismo

Según el psiquiatra Alfred Adler la salud mental esta muy relacionada con la comprensión de que cada persona es una parte integral de un todo social. Segun Adler, “La verdadera felicidad es inseparable del del sentimiento de dar, esta claro que una persona  social esta mas cerca de la felicidad que una persona aislada.

Algunas de las dimensiones de una conducta cívica que podemos encontrar en cualquier tipo de organización o comunidad son:

– Ayudar a los demás en el trabajo

– La deportividad

– La lealtad organizacional

– Iniciativa individual

– El compromiso con la organización como un todo

– El trabajo en equipo

Una vez que nos convertimos en  miembro activo de la comunidad, participamos más en lo que nos rodea, nos sentimos más realizados y elaboramos un sentido a nuestras vidas aumentando nuestra conexión con la gente que nos rodea. Además el civismo tiene una influencia moderada en las psicopatologias y contribuye a mejorar la salud mental y fisica. Desde el punto de vista laboral el civismo aumenta nuetras percecpción ética y perspectiva de donde estamos y mejoramos nuestra imagen, recibiendo una mejor evaluacion de desempeño y  mayores recompensas.

Para concluir debemos enfatizar que este interés social puede ser aprendido y que tiene amplias implicaciones para la familia, colegios y centros de trabajo. Una vez que nos preocupamos por el bienestar  de todos los participantes en vez de nuestro propio bienestar, las soluciones creativas aparecerán en situaciones aparentemente insalvables asi como métodos para motivarse a uno mismo y desarrollar metas y estrategias apropiadas.

LIDERAZGO

“Al fin y al cabo si yo no puedo cambiar cuando las circunstancias lo exigen, ¿cómo voy a esperar que los demás lo hagan?” (Nelson Mandela en Invictus)

Una buena definición de liderazgo es la de aquella persona conocedora de sus creencias y valores, capaz de comunicarlo con efectividad y persuadir a los otros a aceptar esos valores y creencias. El psicólogo Bernard Bass diferencia entre el líder transaccional (aquel que solo clarifica las responsabilidades, expectativas y tareas que deben ser resueltas), y el líder transformacional (aquel que motiva a sus seguidores a rendir al máximo nivel, fomentando un clima de confianza y responsabilidad hacia la organización y sus metas)
El líder transformacional es aquel que al involucrarse de tal manera en sus objetivos, logra que tanto él como sus seguidores se eleven mutuamente a niveles más altos de motivación y valores éticos. Se satisfacen las necesidades de sus seguidores, y en vez de convertir esas necesidades en poder personal se enfocan para conseguir un propósito mayor.

Un líder transformacional motiva e inspira a las personas a su cargo, estimula intelectualmente, motiva a cuestionarse métodos tradicionales de hacer las cosas, promueve una visión de las tareas asignadas como formas de aprender y se centra mas en la justicia distributiva. Además la empatía y el conocimiento de uno mismo, componentes clave de la inteligencia emocional, caracterizan a este tipo de liderazgo que enseguida contagia a los demás emocionalmente con el entusiasmo y la energía con la que impregna sus metas y objetivos.
El liderazgo se puede aprender, y para ello tiene mucho que ver los modelos que nos creamos mentalmente. La teoría sobre el liderazgo implícito mantiene que tanto seguidores como líderes comparan inconscientemente su idea de liderazgo con un prototipo cognitivo previo, elaborado en parte por exposición a líderes reales o imaginarios del cine o la televisión. Por ejemplo Gandhi es un magnifico modelo de liderazgo de las que todos podemos aprender e integrar, un personaje que cambió el mundo gracias a sus múltiples fortalezas psicológicas, una gran fortaleza de carácter y una extraordinaria sabiduría.

 

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