Editada por HODGSON & BURQUE psicólogos

Filmoterapia

Cine, coaching y psicología

La humanidad y sus fortalezas

“Yo amo, tu amas, el ama, nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman. Ojalá no fuese conjugación sino realidad”. (Mario Moreno ‘Cantinflas’)

La humanidad abarca las fortalezas interpersonales del amor, la bondad y la inteligencia social. La diferencia entre la virtud de la humanidad y de la justicia radica en que las virtudes “humanas” son de una persona hacia otra persona (interpersonales), mientras que las fortalezas de justicia son de una persona hacia muchas personas (sociales en líneas generales). Las fortalezas “humanas” envuelven la creación de relaciones, particularmente el acercarse y crear lazos con otras personas. Según los psicólogos Park, Peterson y Seligman (2004) las fortalezas del amor están más asociadas con una satisfacción en la vida que fortalezas cognitivas como la curiosidad o la pasión por aprender.
El cine como reflejo de la sociedad propone muchas más películas sobre el amor o la bondad que fortalezas cognitivas como la curiosidad o el amor por aprender. Las películas sobre este tipo de virtud son, en parte, una de las razones de porque la gente va al cine, para inspirados en la bondad de otros, para ver como se desarrollan las relaciones afectivas y para entender mas la naturaleza del ser humano. No hay ninguna duda de que al ver este tipo de películas nos elevamos en el cine, teniendo sensaciones muy intensas y positivas.

GENEROSIDAD/BONDAD

“El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante. Lo que no significa alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro, examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida”. (Robin Williams en El club de los poetas muertos)

La fortaleza de la bondad agrupa una serie de términos relacionados: generosidad, cuidado, apoyo, compasión, amor altruista y afecto. La bondad y estos conceptos relacionados se refieren a una orientación general hacia los demás que puede ser expresada a través de un gesto expresivo, un pensamiento cálido o una conducta altruista. El verdadero altruismo significa que el individuo está cuidando o ayudando a alguien por el hecho en si y no por un reconocimiento especial o cualquier tipo de galardón.

Empatía

La empatía es, sin duda, el componente más importante del altruismo. Los psicólogos Batson et al. describen siete conceptos relacionados con la empatía que nos dan una idea de la importancia de la empatía en nuestras relaciones:

– La empatía es conocer el estado interno de otra persona, incluído sus pensamientos y sentimientos.

– Asumir la postura del otro.

– Sentir lo que el otro siente.

– Proyectarse a uno mismo en la situación del otro.

– Imaginar lo que el otro esta sintiendo.

– Imaginar como pensaría y sentiría en la posición del otro.

– Estar afectado si el otro sufre.

Autocompasión

La bondad y la compasión se dirigen generalmente hacia los demás pero también podemos hablar de la autocompasión, una actitud que se dirige hacia uno mismo pero que también fomenta las emociones positivas y mantiene una conexión con los demás. En contraste con las alabanzas irreales y el egocentrismo, la autocompasión fomenta la autoestima. La autocompasión tiene estos tres componentes:

– Amabilidad con uno mismo, ser amable y comprensivo con uno mismo cuando uno falla o comete un error, en vez de auto-criticarse severamente.

– Humanidad compartida, percibir las propias experiencias como parte de una experiencia humana mayor, en vez de verla como algo aislado y separado.

– Atención consciente, observar los pensamientos y emociones dolorosas sin identificarse con ellos.

La autocompasión esta muy relacionada con una salud mental positiva que conlleva menos depresiones, menos ansiedad, y más satisfacción de vida, sin estar relacionado todo ello con tendencias narcisistas.

Beneficios de la bondad

Vemos a continuación algunas de los beneficios del altruismo en todas sus modalidades, una fortaleza psicológica que puede aportarnos mucho en nuestra vida:

– Hay estudios que confirman el fortalecimiento del sistema inmunológico a través del altruismo. Dan Goleman (1997) lo muestra en un experimento en donde proyectaba a una serie de estudiantes una película sobre la Madre Teresa de Calcuta, tras el visionado hubo un aumento del sistema inmune. Cuando os estudiantes practicaban meditación después del film el aumento duraba aún mas.

– Aumenta la calidad de vida, mejora las relaciones y se encuentra un sentido a las cosas.

– Se activan emociones positivas vitales para el mantenimiento de una buena salud.

– Se produce una reducción de la incidencia de actitudes negativas, como la hostilidad crónica, que afecta sin duda al bienestar corporal.

– Se disminuye y alivia el estrés corporal, oxigenando todos los sistemas corporales.

– Después de realizar un acto de bondad, experimentamos un “subidón por ayudar”, una oleada de euforia, seguida por un largo período de calma que beneficia muestro bienestar emocional (se liberan analgésicos naturales del cuerpo, las endorfinas)

– Se produce una disminución en la intensidad y la conciencia del dolor físico. La bondad (junto a las fortalezas del humor y la valentía) esta asociado a la vuelta a una satisfacción por vivir después de una enfermedad física (Park, Peterson y Seligman(2006)

EL AMOR

“La felicidad sólo es real cuando se comparte” (Hacia Rutas Salvajes)

Si la poesía es considerada como el lenguaje universal del amor, las películas no se le quedan atrás. Existen probablemente más películas sobre el amor que sobre cualquier otra fortaleza humana.

La palabra amor ha llegado a tener un sin fin de interpretaciones y significados, y teóricos e investigadores han elaborado innumerables topologías de amor. Nos quedamos con dos autores, Eric Fromm y su libro El Arte de Amar (1956) en el que define cuatro elementos básicos en todas las formas de amor: Cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento. Y Berscheid (2006) que divide el amor en cuatro categorías: amor compasivo (análogo a la bondad), amor como amistad, amor y cariño y amor romántico.

Los beneficios del amor son casi infinitos, el ser humano como ser social está «construídos» para mar y cuanto más amemos de manera equilibrada, plena y sana, más sentiremos los maravillosos beneficios del amor.

Considerando los diferentes tipos de amor, sus bases biológicas y su definición como fortalezas de carácter, nosotros hablaremos de de películas de amor en las categorías de amor romántico, amor familiar, amor de amistad, amor desinteresado y amor altruista.

LA INTELIGENCIA SOCIAL

“Equipo, equipo y equipo” ( Gene Hackman en Hoosiers)

Si la inteligencia emocional se refiere a la capacidad para utilizar la propia información emocional de manera eficiente, la inteligencia social se refiere a la capacidad de comprender y apreciar los matices emocionales de una relación. Según Daniel Goleman todos estamos programados para conectar con el prójimo (es el diseño de nuestro cerebro el que nos hace profundamente sociales) por lo tanto una persona no será completa hasta que no desarrolle esta importante faceta: su interacción con los demás. La inteligencia emocional interpersonal (inteligencia social) determina nuestra capacidad para manejar las relaciones sociales de manera efectiva y consta de dos aptitudes: la empatía y las habilidades sociales. Hablaremos a continuación de estas dos aptitudes poniendo grandes ejemplos cinéfilos que nos pueden ayudar a comprender la importancia de este tipo de inteligencia.

La empatía o los beneficios de entender al otro

La empatía es una capacidad única del ser humano que nos permite captar la experiencia subjetiva de los demás, es decir, sus sentimientos, necesidades e intereses. La empatía va mas allá de la simple imitación física de los sentimientos ajenos, es una compleja sintonización emocional que marca el ritmo de la relación y que se erige sin duda como pilar indiscutible de las relaciones sociales.

La famosa frase de John Donne: «nunca preguntes por quién doblan las campanas porque están doblando por ti» (que inspiraría la obra de Hemingway «Por quien Doblan Las Campanas»), define a la perfección el núcleo del vínculo existente entre la empatía y el afecto, ya que si sentimos una emoción ajena como nuestra, seremos capaces de comprender e interactuar con la otra persona de manera mucho mas completa.

Vemos como la empatía necesita previamente de una autoconciencia emocional, cuanto mas nos abramos a nuestras propias emociones, mayor será la destreza que tendremos en la comprensión de los sentimientos ajenos.
La empatía podría dividirse en 5 componentes:

–  comprender a los demás,

–  ayudar a los demás a desarrollarse,

–  una orientación hacia el servicio,

–  aprovechar la diversidad

–  y una visión cívica de la sociedad.

Las habilidades sociales o como tratar con los demás

Las habilidades sociales se asientan en la empatía y su objetivo es conseguir inducir en los demás las respuestas que deseamos. Se expresan básicamente en elementos tan importantes como:

– la influencia, que consiste en la implementación de tácticas efectivas de persuasión;

– la comunicación o la habilidad de escuchar abiertamente y trasmitir mensajes convincentes;

– la habilidad de manejar y resolver conflictos y desacuerdos;

– el liderazgo, que consiste en inspirar y guiar a individuos y grupos;

– la habilidad de catalizar y manejar los cambios;

– la habilidad  de establecer vínculos y alimentar relaciones instrumentales;

– la colaboración y cooperación, que es la capacidad de trabajar con otros para alcanzar objetivos compartidos;

– la organización de grupos: la habilidad esencial de un líder consiste en movilizar y coordinar los esfuerzos de un grupo de personas. Esta es la capacidad que se detecta en las personas que están al frente de organizaciones formales (cualquier tipo de organización ya sea pública o privada) y también de aquellas personas que dirigen grupos informales (el líder de un grupo del tipo que sea).

Las personas socialmente inteligentes pueden conectar fácilmente con los demás, son diestros en leer sus reacciones y sus sentimientos y también pueden conducir, organizar y resolver los conflictos que aparecen en cualquier interacción humana. Ellos son los líderes naturales, las personas que saben expresar los sentimientos colectivos latentes y articularlos para guiar al grupo hacia sus objetivos. Son el tipo de personas con quienes a los demás les gusta estar porque son emocionalmente nutricios, dejan a los demás de buen humor y despiertan el comentario de que «es un placer estar con alguien así».

Hemos visto la importancia de la inteligencia social pero debemos puntualizar que estas habilidades interpersonales no pueden subsistir sin las intrapersonales; estas últimas son el cimiento de todo el edificio emocional y sin ellas todo el edificio se derrumba; sin un trabajo emocional personal lo que puede ser aparentemente un éxito social, no será mas que un camaleonismo social o pura apariencia, totalmente falto de autenticidad y que tarde o temprano será descubierto y desaparecerá por su artificialidad. Por lo tanto el orden de los factores si tiene en este caso importancia, primero debemos estar bien con nosotros mismos para luego estar bien con los demás.

 

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