Editada por HODGSON & BURQUE psicólogos

Filmoterapia

Cine, coaching y psicología

La templanza y sus fortalezas

“Tómatelo con calma” (El Gran Lebowski)

La virtud de la templanza se refiere a una moderación juiciosa y se compone de cuatro fortalezas que nos protegen de los excesos:

– el perdón y la compasión nos protegen de los excesos del odio,

– la humildad y la modestia nos protegen del exceso de amor propio, de la soberbia y de la arrogancia,

– la prudencia nos protege de los excesos asociados con un hedonismo exagerado,

– y la autorregulación nos protege de las consecuencias de una vida excesiva y sin disciplina.

Estos «protectores» no quieren decir que las conductas negativas se detengan completamente, sin embargo estas son atenuadas, disminuyen y se manejan con mas facilidad.

EL PERDÓN

“La razón por la que te perdono es que no eres perfecta. Eres imperfecta y yo también lo soy. Todos los humanos lo somos”. (Max and Mary)

La fortaleza psicológica del perdón se caracteriza por “perdonar a aquellos que han cometido un error, aceptando sus defectos, dándoles una segunda oportunidad y liberándose de emociones negativas como la ira o la angustia.” Dicho de otro modo, el perdón consiste en deshacerse de emociones negativas que llevan tiempo en nuestro cuerpo como el resentimiento y la ira y que no están siendo efectivos en nuestra vida, si no todo lo contrario. Quizás pensemos que debamos seguir teniéndolos para castigar al ofensor, pero a quien mas afecta negativamente es a quien porta estas emociones consigo.

La traición, la agresión, la insensibilidad, el desprecio…La gente que nos rodea puede hacernos daño de muchas maneras y el perdón no siempre es fácil. Varias de las películas que hablan sobre el perdón nos proponen situaciones muy variadas en las que el perdón proporciona a los personajes una serie de beneficios. Situaciones originarias tan terribles como guerras, torturas o asesinatos pero también otras más ordinarias como el enfado entre hermanos o problemas de pareja. El perdón puede llegar a ser muy difícil de conseguir debido a las circunstancias, el nivel de agresión inicial o las actitudes negativas presentes, pero una vez que se logra los beneficios para el que perdona son únicos.

El problema de la rumiacion (el acto de pensar constantemente en la injusticia o error) es que perpetua emociones negativas para nosotros como la ira o el resentimiento. Si la rumiacion prolonga el estrés psicológico e interpersonal el perdón es el antídoto que lo disminuye.

De ahí la importancia de esta fortaleza, durante el proceso de perdón transformamos una serie de pensamientos negativos en una aceptación plena del evento que provocó la ira inicial. La persona que aprende a perdonar se beneficia al liberarse de toda la carga emocional negativa asociada a las fantasías de represalias, recriminaciones o actos de venganza nada eficientes en sus vidas.

También es importante diferenciar el perdón de otros comportamientos. Perdonar no consiste en olvidar los hechos, ni negar lo ocurrido, ni tampoco humillarse ante el otro; perdonar es un proceso de aceptación sano, proactivo y equilibrado que nos permite liberarnos de la rabia de lo ocurrido.

Por ultimo comentar que aunque generalmente pensamos en esta fortaleza como la capacidad de perdonar al otro, también es muy importante definir el perdón como la capacidad de perdonarse a uno mismo por sus errores, defectos o imperfecciones. No ser capaz de perdonarse a uno mismo por los errores cometidos está íntimamente relacionado a través de la culpa con la depresión y los trastornos de ansiedad.

Los beneficios del perdón son espectaculares y se han estudiado a todos sus niveles (físico, psicológico, interpersonal o espiritual). Muchos de estos beneficios son provocados por el alivio emocional de desprenderse de la ira y el resentimiento, emociones negativas que nos pueden beneficiar en situaciones muy concretas pero que no podemos mantenerlas en el tiempo porque se convierten en un autentico veneno para nuestro cuerpo. Por lo tanto si nos desprendemos de estas emociones tan perjudiciales para nosotros nos equilibraremos emocionalmente beneficiando al cuerpo en todos sus niveles y aclarando como consecuencias nuestra visión del mundo y de los demás.

Proponemos a continuación 10 beneficios del perdón que resumen perfectamente la importancia de esta fortaleza:

– Disminuye síntomas físicos como dolores y molestias

– Provoca una disminución en el uso de medicamentos y un mayor alivio del estrés físico y emocional

– Previene problemas de corazón y disminuye la presión arterial

– Mejora de la calidad del sueño y disminuye la fatiga

– Genera una mayor presencia en el presente y por lo tanto aumenta los niveles de felicidad

– Aumenta la capacidad de disfrute y una mayor nivel de actividad general

– Fortalece la espiritualidad, la capacidad de trascender

– Provoca una mejor gestión de los conflictos vitales

– Mejora de las relaciones (no sólo con la parte acusada, sino en otras relaciones también)

– Aumenta nuestra inteligencia emocional (comprender nuestras emociones, usarlas en nuestros beneficios o desarrollar la empatía)

LA PRUDENCIA

“Hay un momento para el valor, y otro para la prudencia. El que es inteligente, sabe distinguirlos” (El Club de los Poetas Muertos)

8 razones para valorar como se merece esta fortaleza:

1. La prudencia no es para los débiles

Una de las razones para la mala reputación de la prudencia es que esta fuerza esta (injustamente) asociados con el estancamiento. Vemos una persona prudente como aquella que permite que la vida le pase por delante, porque tiene miedo de saltar y correr riesgos. Sin embargo, los psicólogos Peterson y Seligman apuntan que “escoger las soluciones mas fáciles en la vida y dedicarse hacia objetivos que impidan o excluyan mejores alternativas son grandes ejemplos de imprudencia” las personas prudentes buscan cumplir sus metas a largo plazo y toman los riesgos necesarios para alcanzarlos. La prudencia denota por lo tanto fortaleza.

2. La prudencia conlleva una vida equilibrada.

La prudencia es relevante para toda la vida, y las personas prudentes se esfuerzan por mantener el equilibrio y la armonía entre las metas en múltiples ámbitos de la vida. Por ejemplo, levantarse temprano e ir a la oficina los domingos puede no ser prudente si esto significa dejar de lado los valores familiares y metas complementarias.

3. Las personas prudentes trazan su propio camino en la vida.

Una persona prudente vive la vida siguiendo su camino y de manera proactiva. No se limita a reaccionar ante lo que la vida le trae, sino que toma las decisiones y actos a fin de lograr sus metas y sueños.

4. Ser prudente no es para aburridos.

La prudencia no es incompatible con la espontaneidad o el entusiasmo. Las personas prudentes pueden pasárselo muy bien pero tienen la capacidad de modular sus conductas evitando cualquier tipo de exceso que pueda perjudicarle.

5. Los héroes tamnbién pueden ser prudentes.

A diferencia de la prudencia, la valentía es una fortaleza de carácter que no necesita un publicista o cambio de imagen. Oír hablar sobre un acto de valentía nos pone la piel de gallina.. El valor es la fortaleza de carácter sobre el cual se hacen muchas de las películas que vemos. pero los héroes pueden ser prudente también. Peterson y Seligman señalar que incluso el más valiente de los bomberos no se apresure en un edificio en llamas antes de llegar a una estrategia de salida razonable. Valor sin prudencia es temeridad.

6. Las personas prudentes tienen carreras consolidadas y estan en forma.

Los estudios sugieren que las personas prudentes tienden a estar más físicamente en forma (sobre todo cuando se trata de tareas que requieren resistencia.

7. Las personas que tienen en la vida metas congruentes tienden a ser más saludable y más felices.

Recordemos que la prudencia conlleva un equilibrio y una armonía en metas y decisiones. La autoconciencia (una cualidad superpuesta a la prudencia) predice numerosos resultados positivos en el trabajo: aumento de la productividad, un mayor éxito en la formación, ya la conservación del empleo, y salarios más altos.

8.Podríamos definir la prudencia como un tipo de sabiduría.

Una persona prudente utiliza la razón más que la pasión para guiar su comportamiento, tomando decisiones juiciosas. Las personas prudentes manejan sus recursos con sabiduría, sopesando los riesgos de cualquier acción contra su beneficio potencial. La prudencia puede definirse como una sabiduría cauta, saber lo que se debe hacer y lo que se debe evitar. Las personas prudentes son descritas como sabios, juiciosos, equilibrados, cuidadosos, con capacidad para discernir, discretos, considerados, atentos..

“La prudencia es una orientación hacia nuestro futuro personal, una forma de razonamiento práctico y autogestión que ayuda a lograr los objetivos individuales a largo plazo de manera eficaz. Las personas prudentes muestran una previsora y deliberada preocupación por las consecuencias de sus acciones y decisiones, resistiendo con éxito los impulsos y otras opciones que satisfacen los objetivos de corto plazo a expensas de lograr metas a largo plazo, teniendo un enfoque flexible y moderado de la vida, y luchando por el equilibrio entre sus objetivos y metas.” (Peterson y Seligman)

AUTOCONTROL

“El secreto del éxito es ser como un pato: tranquilo en la superficie, pedaleando como un loco por debajo” (Michael Caine)

1. ¿Qué es el autocontrol?

Lo primero que necesitamos es definir esta fortaleza, el control de uno mismo o autorregulación es la capacidad de controlar nuestros deseos, emociones y conductas con el objeto de obtener alguna recompensa posterior.

A partir de esta definición vemos que el autocontrol se aprende y que aumenta con la madurez (por ejemplo, un bebe no tiene ningún tipo de control, vive de sus instintos y de ser satisfechos y no piensa a largo plazo). Desde que nacemos por lo tanto comenzaremos a desarrollar esta fortaleza, controlando nuestras emociones, deseos y comportamientos y siendo capaces de postergar nuestros objetivos hasta donde deseemos. Cuando más la entrenemos más controlaremos nuestra vida y por lo tanto tendremos mejor salud, alcanzaremos metas maravillosas y sobre todo, seremos más libres.

2. Corto plazo VS Largo Plazo

En psicología se dice que los objetivos a largo plazo llevan al crecimiento personal mientras que los objetivos a corto plazo llevan al placer sensorial. Una persona que autorregula es capaz de mantener sus objetivos a largo plazo constantemente , evalúa su situación, sus objetivos, y modifica su comportamiento de forma que puedan alcanzar las metas propuestas ( Por ejemplo, gastar todo lo que se gana cada mes es mas satisfactorio a corto plazo pero las personas con autorregulación sabrán ahorrar cada mes en pro de su jjubilación)

Cuando por alguna razón el autocontrol nos falla o nos volvemos esclavos de este “cortoplazismo” nos dejaremos llevar por nuestros deseos, emociones negativas o hábitos perniciosos y seremos muy propensos a problemas como el alcoholismo, adicciones, relaciones dependientes, juego, compras compulsivas, violencia domestica, sexo compulsivo etc.

3. Como funciona

El autocontrol puede ser visto en términos de un sistema de frio-caliente. Mientras que el sistema emocional calienta nuestro cerebro con señales inmediatas de gratificación como “rápido”, o “ya”, el sistema de raciocinio lo enfría con señales reflexivas como “lento” “luego” o “conoce”. Todo aquel que utiliza esta serie de habilidades para planificar o distraerse en los momentos clave, activa este sistema de enfriamiento y exhiben su autocontrol. Estas personas podrán ser capaces de no jugar a la consola porque necesitan estudiar para mañana o seguir entrenando fuerte porque tienen un partido importante dentro de un mes. Es muy importante saber el sistema de calentamiento se desarrolla pronto en la vida y se acentúa bajo estrés, mientras que el sistema de enfriamiento se desarrolla tarde en vida y se atenúa bajo el estrés. Por eso debemos saber que cuanta más ansiedad tengamos más difícil nos será dejar de chatear, estar en el twitter o comer chocolate.

4. Beneficios

Algunos de los beneficios asociados con la autorregulación incluyen un buen ajuste, menos patologías y mejores grados de éxito interpersonal. Los niños que tienen buenas habilidades de autorregulación se llevan mejor con otros niños mientras que los que tienen bajos niveles de autorregulación demuestran mas impulsividad y agresividad, siendo estos predictores futuros del abuso de sustancias, relaciones personales conflictivas y marginalidad social durante la adolescencia.

Además un buen autocontrol aumenta la proactividad, la autoestima, la consecución de metas y en definitiva la felicidad al ser mas libres y capaces de controlar nuestra vida.

5. ¿Cómo mejorarlo?

Es cierto que el autocontrol es un recurso limitado, un proceso fisiológico que muchos psicólogos comparan a un músculo y como tal existen diferencias significativas entre cada uno de nosotros. Pero también es verdad que podemos aumentar y desarrollar este “músculo” mediante ejercicio, para ello necesitaremos los mismos mimbres de un entrenamiento muscular efectivo: Principios claros, una creación constante de hábitos, saber lo que queremos y la práctica de reforzarse y motivarse constantemente en busca de conseguir los cambios deseados. Hay mucha gente que nunca había corrido en su vida y acaba haciendo una maratón, o que apenas sabían nada y que acaban nadando 2 kilómetros al día. El autocontrol es lo mismo, si lo entrenamos y nos motivamos podremos llegar muy lejos.

HUMILDAD

“La búsqueda de la humildad es lo más importante, especialmente si quieres alcanzar una ética” (Roberto Rossellini)

Aunque la humildad ha sido asociada en muchas culturas incorrectamente a una baja autoestima y debilidad, cada vez se le reconoce como un factor muy poderoso en el liderazgo vital. Una de las razones es que para una verdadera humildad necesitamos de una gran autoestima para poder hacer un análisis realista de nuestras capacidades, reconocer nuestras limitaciones y abrirnos a nuevas ideas. ¿Como vamos a ser capaces de hacer todo esto si no tenemos una saludable autoestima? Una persona egocéntrica nunca podrá llegar a este nivel porque nunca querrá ver sus defectos, como tampoco podrá llegar alguien inseguro porque nunca llegará a ver sus virtudes. Por eso la humildad conlleva mucha, pero que mucha autoestima.

Un estudio de Tangney (2000, 2002) identificó una serie de características clave de la humildad:

•          Poseer un sentido exacto (que no subestimar) de nuestras capacidades y logros.

•          La capacidad para reconocer nuestros propios errores, imperfecciones y limitaciones.

•          La apertura a nuevas ideas, informaciones contradictorias, así como ser capaces de dejarse asesorar.

•          El mantenimiento de nuestras capacidades y logros en constante perspectiva.

•          La apreciación del valor de todas las cosas, así como de las diferentes formas en que las personas y las cosas pueden contribuir a lo que nos rodea (trabajo, familia, etc)

A través de estas características vemos como la humildad también nos aporta capacidad de introspección, apertura de mente, perspectiva y pensamiento crítico, elementos imprescindibles del liderazgo. Además se convierte en un valor muy atractivo en las relaciones interpersonales puesto que de esa manera nos mostramos tal y como somos antes los demás sin grandilocuencias ni egocentrismos, poniéndonos al nivel del otro con ganas de escuchar y mejorar y aceptando las criticas que nos pueden transmitir.

 

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