Editada por HODGSON & BURQUE psicólogos

Filmoterapia

Cine, coaching y psicología

La resiliencia, o como ser capaces de resisitir a las tempestades de la vida

Resiliencia

Cuando pierda todas las partidas
Cuando duerma con la soledad
Cuando se me cierren las salidas
Y la noche no me deje en paz
Cuando sienta miedo del silencio
Cuando cueste mantenerme en pie
Cuando se rebelen los recuerdos
Y me pongan contra la pared
Resistiré, erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el junco que se dobla,
Pero siempre sigue en pie
Resistiré, para seguir viviendo
Soportaré los golpes y jamás me rendiré…
(Resistiré, El Duo Dinámico)

Al final de la película de Pedro Almdovar ‘Átame’ (1990) sale una canción que define a la perfección un término fundamental en psicología, la resiliencia. El tema ‘Resistiré’ del Dúo Dinámico describe todos los matices de una poderosa capacidad natural del ser humano para afrontar (e incluso salir reforzado) situaciones complicadas, duras y negativas en la vida. En filmoterapia nos gusta mucho la gente resiliente por esa fuerza tan admirable para aguantar cualquier adversidad que venga en la vida (por complicada que sea), por eso esta semana vamos a intentar saber qué es lo que tienen de especial y sobre todo, saber si podemos aprender a ser resilientes en la vida.

(Escena final de la película Átame)

QUE ES LA RESILIENCIA

La vida a veces es dura, durísima, la vida a veces es incluso cruel, de eso estamos todos de acuerdo: enfermedades, perdidas, rupturas amorosas, fracasos laborales, problemas económicos…Incuso podemos ir más lejos y hablar de guerras, atentados, accidentes gravísimos, catástrofes naturales…Las circunstancias que nos rodean pueden ser como tempestades brutales que devastan todo a su alrededor y que nos hacen incluso dudar de si podremos seguir hacia adelante. Pero la realidad es que mucha gente (más de la que creemos) se levanta de cualquier tormenta, terremoto o tsunami que le pase por delante. Esa gente son lo que se dice en psicología, personas resilientes.

La primera vez que se usó este término fue al estudiar en los 70 a niños de familias marginales de una zona desfavorecida de Hawai, el estudio concluyó que dos terceras partes de esos niños caerían en las drogas y en la delincuencia pero sorprendentemente había una tercera parte que no le ocurriría. ¿La razón? Los investigadores llegaron a la conclusión de que esos niños y sus familias tenían una serie de características que les hacían más fuertes ante las circunstancias tan adversas que les rodeaban. A partir de ahí se estudiaron otros niños (de madres esquizofrénicas por ejemplo) y se llegó a la misma conclusión, que había personas que tenían una serie de “protectores” especiales que les ayudaban ante las adversidades.

Finalmente tras estudios cada vez más diversos y completos se llegó a la conclusión que la resiliencia es una especie de protección que nos permite no solo afrontar las crisis o situaciones potencialmente traumáticas sino incluso salir fortalecidos de ellas. Además los estudios también mostraron muy buenas noticias, la resiliencia no es ningún rasgo genético y puede ser aprendido y desarrollado prácticamente por cualquier personas. Hay personas que son resilientes porque han tenido en su familia (o en alguien cercano) un modelo de resiliencia de donde aprender, mientras que otras han encontrado el camino por sí solas. Otras lo aprenden en terapia o yendo al psicólogo. Incluso se ha comprobado que el colegio, las comunidades o las políticas sociales hacen que la capacidad de recuperación de las personas sean más probables. Esto nos indica que todos podemos ser resilientes siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos y creencias. Y eso es lo que vamos a continuación.

Aceptar no significa resignarse. Aceptar significa comprender que las cosas son como son y saber que siempre existe una manera de afrontarlas.

COMO TRABAJAR LA RESILIENCIA

Durante estos años en terapia hemos trabajado innumerables personas que se encuentran en situaciones muy complicadas en la vida y muchas veces nos hemos “quitado el sombrero” admirados por cómo estas personas son capaces de aprender una serie de recursos y herramientas que les ayudarán a superar finalmente esa situación y lo mejor de todo, a ser más resilientes de por vida. Os dejamos a continuación algunos de los protectores más eficaces de la resiliencia a partir de nuestra experiencia en terapia , demostrables en los estudios sobre la resiliencia y lo mejor, todos son protectores que se pueden aprender

Autoconocimiento. Ser conscientes de nuestras cualidades y fortalezas pero también de nuestras y debilidades y limitaciones es una herramienta fundamental para afrontar las situaciones adversas y las personas resilientes saben usarla a su favor. De esta manera por un lado exprimen al máximo sus recursos para salir hacia adelante pero a su vez también saben pedir ayuda si es necesario, aceptan sin problema cuando ya no pueden más o admiten que tienen que parar. Es como conocer bien hasta dónde puede llegar el motor de nuestro coche, de esa manera no se quemará en situaciones difíciles y rendirá mucho más.
En este punto también importante remarcar lo importante para poder darse cuenta de no sólo de nuestras limitacione so fortalezas sino también para ver que actitudes tenemos ante esta situación difícil que tenemos por delante. Muchas veces ideas irracionales no nos permiten tener la actitud más eficiente (perfeccionismos, victimismos, anticipaciones negativas, culpabilidad, necesidad de aceptación…), ser conscientes de todo esto nos ayuda a trabajar para poder limpiar todas esas “suciedades” y ganar en actitud.

– Muy importante, marcarse Metas realistas a corto, medio y largo plazo y motivarse para avanzar hacia ellas. Se empieza por lo más fácil y se van dando pasitos en metas cada vez más complejas para poder ir abordando las dificultades o circunstancias negativas.

La fortaleza psicológica de la creatividad. La persona con una alta capacidad de resiliencia no se limita a intentar pegar lo que se ha roto y volver a lo anterior, es capaz de buscar nuevas formas de reconstruir su vida, sus metas o sus circunstancias. Quizás se le rompa una “silla” pero seguramente acabe buscando la manera que crear nuevas sillas, más fuertes, e incluso una mesa. Para ver nuevas opciones de mejora, la creatividad es algo fundamental.

Un trabajo de autoestima. Yo siempre digo que esto de la autoestima significa tratarte a ti mismo igual que tratarías a alguien que quieres mucho y sabes que está pasando una época difícil. Eso significa confiar mucho en ti, en tus capacidades, en tus valores o en tus metas personales. En resumen , que si te quieres, te cuidas, te aceptas, piensas en ti, te mimas, te hablas bien, confías en tus posibilidades, te dedicas tiempo, eres positivo contigo mismo, con tus metas…tienes mucha resiliencia ganada.

Cuando la vida te da un golpe, ¿sabes qué tienes que hacer? Sigue nadando.

Ver las dificultades como una oportunidad para aprender. Este punto nos parece clave para muchas personas resilientes , el hecho de buscar oportunidades de fortalecimiento, crecimiento personal o aprendizaje ante situaciones adversas (como una pérdida o un accidente) es fundamental. No es fácil lograr llegar a este punto pero mucha gente aprende a ver las crisis o situaciones complicadas no como problemas insoportables sino como oportunidades para aprender y crecer. Las personas resilientes saben que los momentos duros no serán eternos y que su futuro dependerá al 100% de la manera en que reaccionen. Por eso cuando se enfrentan a una adversidad se preguntan: ¿qué puedo aprender yo de esto? En este punto aparecen dos opciones: dejarse vencer y sentir que se ha fracasado o sobreponerse y salir fortalecidos, apostarlo todo por la resiliencia.

– Ganar habilidades para resolver problemas y tomar decisiones eficientes. Aprender a analizar los problemas que se tienen, poner encima de la mesa absolutamente todas las opciones que se tienen ante ese problema, saber elegir la mejor opción y finalmente tomar acciones decisivas. Si aprendemos estas habilidades habremos ganado mucho ante las adversidades.

Practicar el mindfulness o atención plena. Fundamental este punto, el mindfulness recordemos que es un entrenamiento muy poderosos para hacer que el cerebro esté donde está, es decir en el presente. Esto a su vez evita que nos desgastemos innecesariamente yendo a pasados imposibles de cambiar (creando culpa, enfado o una excesiva tristeza) o futuros que nos sabemos si llegarán (desánimo, preocupación, angustia…). Cuando nos ocurre algo negativo en la vida, cuando más vivamos ese presente (por muy doloroso que sea), antes podremos recuperarnos. Además rendiremos más antes los problemas, fluiremos en busca de soluciones y sobre todo, podremos llegar a ser feliz pase lo que pase a nuestro alrededor.

– Aprender a ser un realista positivo. Un término que nos gusta mucho en consulta. Por un lado aprender a ser realistas y analizar con la mayor objetividad posible la situación crítica que se esté viviendo en esos momentos, pero luego intentando buscar todas las opciones posibles, sea cual sea, incluido aceptar que no haya opciones ni soluciones. Todo esto conlleva no caer en el victimismo, ni en la anticipación negativas, ni el pesimismo o la búsqueda de culpables…significa no distorsionar la realidad que se está viviendo y a su vez entrenar al el cerebro para buscar constantemente nuevas opciones. Nos quedamos con esta frase para definir este punto: “Si piensas en los problemas que tienes, conseguirás más problemas. Piensa en las soluciones y encontrarás soluciones.

¿Sabes por qué nos caemos, Bruce? Para aprender a levantarnos.

– Rodearse de amistades y gente con actitud positiva. Las personas que practican la resiliencia saben cuidar sus amistades y generalmente se rodean (y más aún en los malos momentos) de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida (y evitando a aquellas negativos o que les consuman energía). De esta forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles.

– Aprender a ser proactivos. Las personas resilientes no reaccionan ante los problemas intentando controlar situaciones incontrolables (y dándose por lo tanto contra un muro de realidad). Mientras que muchas personas reaccionan ante el problema, y por lo tanto el problema les puede, las personas proactivas saben afrontar ese problema, lo aceptan y centran sus energías en buscar alternativas. En vez ahogarse en el hecho de que le hayan despedido del trabajo o que se hayan quedado en silla de ruedas, comienzan a centrarse en que es lo que pueden hacer ante ese problema. Esta gente es capaz de lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos aunque no tengan todo el control.

– Mucho optimalismo y flexibilidad ante los cambios. Si, las personas resilientes tienen una idea muy clara y saben perfectamente qué quieren lograr, pero sin perfeccionismos ni rigideces, también tienen la suficiente flexibilidad como para adaptar sus planes y cambiar sus metas cuando es necesario. Estas personas van paso a paso, no se cierran al cambio y siempre están dispuestas a valorar diferentes alternativas, sin aferrarse obsesivamente a sus planes iniciales o a una única solución.

La fortaleza psicológica de la persistencia. Las personas resilientes, luchan y luchan contra viento y marea, van a muerte con sus metas pero siempre desde la sabiduría, la perspectiva y la flexibilidad, provocando que sea perseverantes pero siempre de manera efectiva (y no dándose todo el rato golpes contra una pared).

La fortaleza psicológica del sentido del humor. Esencial, muchas personas resilientes tienen una gran sentido del humor, una gran fortaleza que les permite ser positivos, optimistas, disminuir la ansiedad, animar a los demás, relativizar constantemente todo lo que les ocurre e incluso perder el miedo a muchas cosas.
La búsqueda de apoyos externos. Otro elemento clave, la gente resiliente mantiene buenas relaciones con familiares cercanos, amigos y otras personas; Cuando las personas resilientes pasan por un suceso potencialmente traumático, su primer objetivo es superarlo y para ello, son conscientes de la importancia del apoyo familiar, social e incluso no dudan en buscar ayuda profesional cuando lo necesitan.

Resiliencia11

– Buscar tiempo para cuidar mente y cuerpo, en situaciones críticas ante la vida toca cuidarse más que nunca, por eso tiene mucha importancia el ejercicio regular, el descanso, el evitar abusos de cualquier tipo (drogas, etc), dedicar tiempo para relajarse, para evadirse de manera sana…

La fortaleza de la mente abierta. Para afrontar situaciones negativas hay que tener una flexibilidad de mente muy grande y tener la capacidad de abrirse a cualquier perspectiva, lo que a su vez provocará que aparezcan nuevos recursos, puertas o soluciones que nos ayudarán a salir hacia adelante.

– Ser consciente de sus propias emociones, permitirse tener emcoiones negativas y aprender a gestionarlas. Mucha gente cree que la gente resiliente nunca tiene emociones negativas y que siempre están optimistas o alegres. Falso. La gente resiliente es fuerte (que no dura), es decir, tienen una gran cantidad de recursos para afrontar la adversidad y uno de ellos es permitirse estar triste, enfadado o desanimado, emociones negativas que son parte del proceso de aceptación y que sin ellas no podrían avanzar. La gente dura, es decir, aquella que intenta estar todo el día alegre, serena o no se permite llorar, tarde o temprano pagaran caro esta estrategia (quebrándose meses después de lo ocurrido). Ser fuerte y tener una gran inteligencia emocional conlleva siempre ser capaz de equilibrar eficazmente las emociones negativas con las positivas.

– La capacidad de perspectiva. Esto es, pensar a largo plazo y analizar la situación estresante en un contexto más amplio. Una visión que nos ayuda a relativizar, a ponerse metas y a poder encajar la esperanza de cambio.

La fortaleza psicológica de la esperanza. Sin esperanza, sin optimismo, sin ilusiones, pronto nos desmoronaríamos y nos quedaríamos sin energía. Tener claro que después de la noche siempre llega el día es esencial para salir de ella. La esperanza nos hace esperar cosas buenas y nos ayuda a visualizar nuestras metas. Nos gusta mucho esa frase que dice que para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles.

A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!

– Tener una buena brújula personal y basarse mucho en los valores personales. En las situaciones más duras es cuando más valores y ética personal debemos de tener puesto que tomaremos muchas decisiones en momentos inciertos y solo si nos basamos en nuestros valores, metas, en nuestra ética, en nuestra brújula personal saldremos victoriosos.

La fortaleza de la espiritualidad, encontrar un sentido vital e incluso espiritual a lo ocurrido es una fuente de resiliencia para mucha gente.

Y UNAS CUANTAS PELÍCULAS SOBRE LA RESILIENCIA

Para acabar os dejamos una lista de películas cuyos personajes demuestran ( o aprenden) una fuerte resiliencia ante situaciones adversas de todo tipo, fracasoso, guerras, pérdidas, accidentes, vidas dificiles…El cine es una maravillosa fuente de inspiración para aprender lo que es la resiliencia pero también queremos recordaros que seguramente exista mucha gente a vuiestro alrededor que también lo demuestra con creces, quizás sea hora de observar a nuestros vecinos, amigos, abuelos, parejas y no sólo aprender de ellos si no también admirarlos por ser capaces de resistir de esa manera las tempestades de la vida.

 (Discurso de Rocky Balboa a su hijo en donde se define muy bien el concepto de resiliencia)

– El Hijo de la Novia (2001) de Juan José Campanella
– Passion Fish (1992) de John Sayles
– Mi pie izquierdo (1989) de Jim Sheridan
– Rudy (1993) de David Anspaugh
– Rocky (1976) de John G. Avildsen• Rudy
– Antwone Fisher (2002) de Denzel Washington
– En tierra de hombres (2005) de Niki Caro
– El color púrpura (1985) de Steven Spielberg
– Norma Rae (1979) de Martin Ritt
– Cadena Perpetua (1992) de Frank Darabont
– Gattaca (1997) de Andrew Niccol
– Lo que el viento se llevó (1939) de Victor Fleming
– El pianista (2002) de Roman Polanski
– El guerrero pacífico (2006) de Victor Salva
– Full Monty (1997) de Peter Cattaneo
– Zorba el griego (1964) de Mihalis Kakogiannis (Michael Cacoyannis)
– Intocable (2011) de Olivier Nakache y Éric Toledano.
– Las tortugas también vuelan (2004) de Bahman Ghobadi
– En busca de la felicidad (2006) de Gabriele Muccino
– La vida es bella (1998) de Roberto Benigni
– Que bello es vivir (1946) de Frank

 

Categoría: Recursos psicológicos

Etiquetas: Crecimiento personal, Fortalezas psicológicas, Luchar contra la adversidad, Luchar contra uno mismo, Proactividad, Recursos psicológicos, Reflexiones terapeuticas, Resiliencia, Resistencia, Superación

Etiquetas de cine: Especiales

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