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Como convertir el enfado en una emoción (muy) útil

Enfado

Muchas personas asocian el enfado con situaciones muy negativas, ofensivas, frustrantes o descontroladas pero afortunadamente tenemos que decir que el enfado es una energía muy positiva que si se encauza bien (y ahí está la clave) nos puede ayudar en multitud de situaciones en nuestra vida. Así que para aprender a usar bien esta emoción tan importante en nuestra vida, empezamos un especial en donde hablaremos sobre su funcionamiento y como aprender a gestionar la ira y sus sinónimos (enfado, indignación, cabreo, enojo, fastidio, cólera…) para que nos vaya mucho mejor en la vida y sobre todo, seamos más felices. Hoy empezamos con un artículo en donde intentaremos explicar cómo funciona el enfado. Que lo disfrutéis.

(La segunda parte sobre el enfado con 25 recursos para convertirlo en una emoción amiga y aliada, aquí)

EL ENFADO, UNA ENERGÍA QUE NOS AYUDA

El enfado es una emoción fundamental en el ser humano (y una de las emociones básicas con el miedo/ansiedad, la alegría y la tristeza) que aparece cuando interpretamos una amenaza, es decir cuando interpretamos que alguien o algo nos está atacando o se intenta aprovechar de nosotros. ¿Por qué es tan fundamental esta emoción? Porque gracias a ella generamos una especie de energía que nos ayuda a poner límites a esas amenazas. Por ejemplo, en niveles extremos, si vas por la calle y alguien te ataca físicamente (imagínate para hacerte daño), es necesario un nivel muy alto de enfado que te permita defenderte de esa amenaza tan grave. O en un nivel mucho más pequeño (y reconocible), el enfado es el que nos ayuda en nuestro día a día a decirle al camarero que hay un pelo en la sopa, a cortar a un pesado que quiere venderte algo por teléfono o a decirle a tu pareja que no te gusta que deje siempre los calcetines tirados por el suelo.

Según la Fundación para la Salud Mental de Reino Unido, “La ira estimula al sistema nervioso incrementando el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, el flujo sanguíneo a los músculos, los niveles de azúcar en la sangre y la transpiración. Enfoca los sentidos y aumenta la producción de adrenalina, una hormona producida en momentos de estrés”. Además, ante la percepción de una amenaza, no sólo se producen cambios físicos sino que incluso la ira afecta la forma en que pensamos (algo que veremos que puede volverse en nuestra contra): “Enfrentados con una amenaza, la ira nos ayuda a traducir información compleja en términos simples: ‘bien’ o ‘mal’, por ejemplo. Esto puede ser útil en una emergencia, para no perder tiempo valioso con información que no afecta instantáneamente nuestra seguridad. Pero puede significar que actuamos antes de haber considerado qué es relevante para tomar una decisión racional sobre cómo comportarnos. (…) Cuando la ira se mete en el camino del pensamiento racional, es posible que demos lugar a la urgencia de actuar agresivamente, impulsados por el instinto a sobrevivir o proteger a alguien de una amenaza”.

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UN VENENO QUE NOS DA UN SUPERPODER

Como dijimos en el artículo sobre el ABC de las emociones (y que recomendamos leer para complementar este artículo), las emociones negativas son buenas (algo que mucha gente no piensa) pero siempre que estén acorde a la situación.

Por ejemplo, la tristeza es una emoción fundamental en el ser humano que aparece cuando uno interpreta pérdida. Puede ser la pérdida de alguien querido pero también puede ser la pérdida de un amor, perder el trabajo, un partido, la vida, el tiempo…La tristeza es una emoción fundamental de lo que se llama el proceso de duelo, un proceso muy natural del ser humano para afrontar y aceptar una perdida. La tristeza nos puede ayudar mucho pero como decíamos antes, siempre que sea acorde a la situación. Por eso es muy normal y sano que estemos tristes unas semanas tras una ruptura amorosa pero lo que no puede ser es que estemos tristes varios años.

O la ansiedad, lo que yo llamo la emoción “más antigua” del ser humano. Creada hace cientos de miles de años, la ansiedad es una emoción que aparece cuando uno interpreta un peligro. La ansiedad es por lo tanto una emoción fundamental en el ser humano puesto que la hemos desarrollado (y perfeccionado) para sobrevivir. Sin ella no seríamos capaces de afrontar peligros de vida o muerte. En otros niveles más moderados, la ansiedad se convierte en un estrés que por ejemplo nos llena de energía y nos ayuda a no dormir una noche para estudiar un examen o afrontar un partido de fútbol decisivo.

ABC

Todas las emociones son buenas si están acordes a lo que necesitamos en cada momento pero quizás con el enfado sea aún más real esta frase. Yo comparo el enfado con una especie de veneno que nos da un superpoder. Es un superpoder porque el enfado es como una especie de energía extra (imaginemos un fuego saliendo a través de nosotros) que nos ayuda a luchar, a poner límites, a decir que no o a quejarnos. Pero un superpoder con su propia “Kriptonita” incorporada, es también un veneno porque está más que demostrado que el enfado en dosis excesivas está relacionado con no sólo una gran cantidad de enfermedades físicas, sino también con accidentes o acciones destructivas en nuestra vida. Por poner un ejemplo, según un importante estudio de la Universidad de Duke, la gente hostil, es decir, aquellas personas constantemente llenas de ira, impacientes, hostiles y agresivas, tienen un riesgo mucho mayor no sólo de tener un infarto de miocardio y muerte por enfermedad coronaria, sino también tienen un riesgo más alto de muerte por cáncer y cualquier otra causa (por ejemplo por accidentes)
Por lo tanto, a no ser en situaciones muy extremas, con un poquito de enfado bien dosificado nos suele llegar de sobra, si lo usamos así, el enfado es muy poderoso y efectivo porque se vuelve constructivo y beneficioso.

(Un ejemplo extremo en donde el enfado es usado de una manera efectiva ocurre en esta escena de Back to the future, en donde se pone un límite a un abuso físico y continuado en el tiempo)

 

ENFADO VS. MIEDO Y ANSIEDAD

Por cierto, un punto importante, como vimos antes el enfado como emoción está muy relacionada con el miedo y la ansiedad puesto que ambos aparecen cuando interpretamos un peligro (conocida como respuesta de lucha o huida).La diferencia es que el enfado aparece cuando queremos enfrentarnos a esa amenaza (o eliminarla) y el miedo y la ansiedad cuando queremos escapar de esa amenaza (o evitarla). Puesto que miedo, ansiedad y enfado están tan relacionados, la línea nunca está siempre clara y es muy fácil que la ansiedad o el miedo se contaminen de enfado (y al revés).

Así por ejemplo, si la conducta irrespetuosa de nuestro jefe lo interpretamos como algo sobre lo que no tenemos control, activaremos el miedo. Si la interpretamos como algo en donde sí que tenemos el control, activaremos el enfado. De ahí que muchas veces ante situaciones amenazantes alternamos entre el miedo y enfado según como vayamos interpretándolo.

El odio es un lastre, la vida es demasiado corta para estar siempre cabreado.

¿CUANDO NOS AYUDA ENTONCES EL ENFADO?

Para entender la respuesta a esta pregunta vamos primero a analizar todas las acciones que genera el enfado y hacia donde suele ir dirigida para finalmente quedarnos con la más efectiva de todas.

Acciones generadas por la ira:
– Acciones violentas, destructivas o y/o dañinas
– Explosiones verbales y/o físicas
– Verbalizaciones lesivas y/o criticas como el tono sarcástico o la burla
– Malhumor o estar de morros
– Conductas agresivo/pasivas: Conductas que pueden parecer que se hacen sin querer y generan un problema a la persona a quien va dirigido (porque uno está enfado). Un ejemplo sería olvidarse de aparecer cuando quedaron o no decirle un recado importante.
– Fantasías dañinas, violentas o destructivas: Fantasías sobre lo que te gustaría hacer a la persona con la que estás enfado. Seguramente nunca ocurra pero obviamente necesitan ser visualizadas. Ejemplo, imagina que le quemas la casa a tu jefe.
– Supresión: Saber que se está enfadado, pero fingir que no es así
– Represión: Enfadarse con alguien pero no darse cuenta
– Acción constructiva: Una acción que reduce la amenaza, molestia o peligro con la menor cantidad de daño posible para uno mismo o los demás.

Por otro lado, la energía que nos da el enfado puede seguir alguna de las siguientes direcciones:
– Puede desconocerse mediante la supresión o represión (El camarero me trata mal pero pienso que no debería enfadarme pero me voy del bar muy irritado y sin saberlo)
– Puede dirigirse hacia una amenaza externa identificado y de manera consciente (El camarero me trata mal y le digo que así no quiero estar en el bar y me voy después de pedir el libro de reclamaciones)
– Puede volverse hacia dentro y dirigirlo hacia alguna debilidad personal, real o imaginaria (El camarero me trata mal y me enfado conmigo mismo porque nunca soy capaz de quejarme y soy lo peor)
– Puede dirigirse hacia algo o alguien que no está relacionado con la amenaza que generó la ira. (El camarero me trata mal y me enfado con mi pareja cuando llego a casa)

Teniendo en cuenta los puntos anteriores, tenemos que el mejor enfado posible, el constructivo, aparecerá cuando generamos un enfado dirigido a una amenaza externa identificada (el comportamiento del camarero maleducado) y que a la vez nos ayude a disminuir o eliminar la amenaza percibida con la menor cantidad de energía y daño posible para nosotros o a los demás (pidiéndole el libro de reclamaciones con la mayor serenidad posible).
Por otro lado, el enfado destructivo puede aparecer de dos maneras, cuando nos enfadamos al interpretar una amenaza que no es real (enfadarse con el tráfico de tu ciudad o con un ordenador que no funciona bien) o cuando nos enfadamos en un nivel de intensidad demasiado alto para lo que la amenaza necesita realmente ( montar en cólera en el bar y pasarse una semana enterar enfado porque el camarero nos ha tratado mal).Cuando estas dos situaciones ocurren es que estamos interpretando de manera errónea esa amenaza, ya sea porque tenemos ideas irracionales (que veremos el próximo día), tenemos “malos hábitos”, o porque de manera temporal tenemos reducida nuestra capacidad para pensar de manera racional.
El próximo día aprenderemos recursos para saber gestionar nuestro enfado y saber darle al botoncito como el personaje de la ira en la película Del revés (Inside out),solo cuando lo necesitemos.

Categoría: Recursos psicológicos

Etiquetas: Emociones negativas, Emociones útiles, Enfado, Ira

Etiquetas de cine: Especiales

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