Editada por HODGSON & BURQUE psicólogos

Filmoterapia

Cine, coaching y psicología

La trascendencia y sus fortalezas

“¿Cómo sería saber que tu siguiente suspiro será el último?”. (Jim Caviezel en La delgada línea roja)

La trascendencia ocurre cuando nos movemos más allá de nuestra experiencia humana o comprensión vital. Las fortalezas que acompañan a esta virtud nos ayudan a conectar con lo que nos rodea y proveernos de un sentido más profundo de significado y propósito en la vida.
Peterson y Seligman (2004) describen cada una de las fortalezas de trascender como reveladoras de conexiones que van mas allá de conexiones interpersonales o relacionales:

– en la apreciación de la belleza hay una conexión con la excelencia,

– en la gratitud con la bondad,

– en la esperanza con un futuro soñado,

– el humor conecta con el mismo placer

– y la espiritualidad con la sagrado o divino.
La mayoría de las películas de filmoterapia podrían considerarse espirituales porque son películas que proveen una vía para comprender la vida y que fortalecen al espectador a aumentar su conciencia, promover cambios saludables en su vida y profundizar en su conexión con los otros. Las películas espirituales a menudo ofrecen personajes que consiguen estas metas, sin embargo en esta categoría el objetivo tendrá mas énfasis en como las películas pueden ayudar s conectar mas profundamente con algo mas grande o aprender mas sobre como construir el significado de la vida.

APRECIACIÓN DE LA BELLEZA

«El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será. Nuestras más ligeras contemplaciones del cosmos nos hacen estremecer: Sentimos como un cosquilleo nos llena los nervios, una voz muda, una ligera sensación como de un recuerdo lejano o como si cayéramos desde gran altura. Sabemos que nos aproximamos al más grande de los misterios» (Carl Sagan en Cosmos)

La apreciación de la belleza está muy relacionada con la elevación, el asombro, la admiración, la sorpresa o el maravillarse. Se convierte en una fortaleza cuando las personas descubren la belleza y la excelencia a su alrededor y esta experiencia les deja una maravillosa mezcla de relajación, sobrecogimiento y ganas de reaccionar de manera positiva.
Paul Pearsell (2007) en su libro “Sobrecogerse, placeres y peligros de nuestra undécima emoción”, describe el sobrecogimiento como una combinación de varias emociones, un deseo mezcla de miedo, asombro y una sensación de caos y de conocimiento de la majestuosidad de la vida. El sobrecogimiento envuelve la sensación de captar el misterio de la vida y de lo desconocido en un lugar en donde hay más preguntas que respuestas, provocando que nos sintamos insignificantes y pequeños pero a la vez poderosos y optimistas. Pearsell comenta que el sobrecogimiento no puede ser manejado o controlado, solo ocurre en pequeñas dosis de pequeña duración, llenándonos de emociones positivas y activándonos hacia el cambio.
Las experiencias del sobrecogimiento se pueden medir y pueden ser fácilmente identificadas como por ejemplo, ver nacer a nuestro hijo, asistir a una magnifica puesta de sol, escuchar una pieza musical única o experimentar la bondad de otras personas. Vemos por lo tanto que son tres las causas del sobrecogimiento, la belleza física, el talento o habilidad y la virtud moral.
Una forma de encontrar sentido a la vida cotidiana, de aumentar nuestras emociones positivas y mejorar nuestra salud mental es apreciar la belleza que está a nuestro alrededor. La naturaleza es una de las mayores fuentes de belleza para el ser humano pero en realidad la belleza se puede encontrar donde quiera que uno vaya, la belleza depende mucho de la actitud que tengamos y del tiempo que tomemos para observar el mundo a nuestro alrededor. Por ejemplo, esta virtud incluye también el reconocimiento de “excelencia” de las artes, la literatura, las ciencias, el cine o la arquitectura. Conocer todos los elementos maravillosos y artísticos que la humanidad ha expresado a lo largo de la historia puede dar un entendimiento más profundo de lo que significa ser humano y por qué uno y la especie humana es algo hermoso.

Entrar en la definición de la belleza es siempre controvertido, hay todo tipo de ideas, opiniones y de corrientes acerca de lo que constituye la verdadera belleza. La belleza puede ser difícil de identificar porque depende siempre de los ojos del espectador, alguien puede encontrar la belleza en un bosque mientras que otra persona lo encontrará en un acto de bondad. Cualquiera que sea el caso, no podemos dejar que el hecho de que la belleza sea diferente para cada persona no nos permita sentirla, sólo porque tengamos una opinión sobre la belleza no significa que la apreciemos.
Absorber al máximo este hermoso mundo que vivimos es una fuente importante para fluir, llenarnos de emociones positivas y encontrar el significado de la vida, no importa si lo encuentras en la naturaleza o en el mundo creado por el hombre, lo importante es no dejarlo pasarlo e impregnarse de ella.

GRATITUD

«Supongo que podría estar bastante cabreado por lo que me pasó, pero cuesta seguir enfadado cuando hay tanta belleza en el mundo. A veces siento como si la contemplase toda a la vez, y me abruma, mi corazon se hincha como un globo que esta a punto de estallar. Pero recuerdo que debo relajarme, y no aferrarme demasiado a ella, y entonces fluye a través de mi como la lluvia, y no siento otra cosa que gratitud por cada instante de mi estúpida e insignificante vida. No tienen ni idea de lo que les hablo, seguro, pero no se preocupen: algún dia la tendrán» (Kevin Spacey en American Beauty)

La gratitud se refiere al reconocimiento y expresión de agradecimiento hacia un regalo, es decir, dar gracias por una posesión material pero también agradecer un tiempo vivido, una atención personal, la presencia de alguien a quien queremos, una buena vida o un momento de belleza o paz.
Los psicólogos Emmons y McCollough han realizado numerosos estudios examinando los efectos de la gratitud en el bienestar físico, mental y emocional y han encontrado que la gratitud tiene un poderoso efecto positivo en la vida de las personas. Las investigaciones han estudiado la manera en que las personas expresan su gratitud, tales como dar las gracias, compararse socialmente (destacando cuanta gente hay en peor situación que uno), escribir cartas de agradecimiento o de admiración personal, reemplazar pensamientos negativos por otros mas agradecidos, examinar la conciencia personal o pensar en la persona con la que se esta agradecida.
Aquellos que mantienen hábitos constantes de gratitud tienen menos síntomas de enfermedad, hacen más ejercicio, son más optimistas y se sienten mejor con su vida. Además aquellas personas agradecidas tienen mas emociones positivas a largo plazo. La gratitud también conlleva mayores beneficios interpersonales, aumenta la sensación de conexión con otras personas, nos vuelve mas altruistas y mejora la calidad de nuestras relaciones sociales (Peterson y Seligman 2004). Por ultimo se ha demostrado que la gratitud es una importante emoción que ayuda a la gente a superar el estrés y a construir más resiliencia (Fredrickson 2003)
Por último comentar que la envidia, los celos o las inseguridades perjudican seriamente esta fortaleza, la razón es que una gratitud equilibrada necesita de una buena autoestima y una buena actitud ante la vida (¿como vamos a dar las gracias por lo que tenemos si creemos que nuestra vida es horrible o que no valemos?). Por eso una actitud positiva ante la vida complementada con un buen hábito de gratitud ante los demás, ante la vida o ante algo mas grande nos influye de manera muy favorable y nos ayuda a llenar nuestras vidas de mas sentido.

LA ESPIRITUALIDAD

“Fuí a los bosques porque queria vivir a conciencia, queria vivir a fondo y extraer todo el meollo a la vida, y dejar a un lado todo lo que no fuese vida, para no descubrir en el momento de mi muerte, que no había vivido”. Robin Williams (El club de los poetas muertos)

El concepto de espiritualidad está hoy en día muy distorsionado, de alguna manera se ha extremizado, hay quién la define como la única forma de enfocar la vida y quien la repudia como charlatanería u origen de intolerancias religiosas. Por eso debemos definir bien esta cualidad del ser humano para que sea una fortaleza y no una lacra o fuente de estrés. La psicología, la medicina y la neuropsicología están cada vez más interesadas en investigar y definir la espiritualidad de manera equilibrada porque de todas las fortalezas psicológicas, la espiritualidad es quizás la que tenga un campo de estudio más amplio pero posiblemente la menos comprendida.
Según los psicólogos Seligman y Peterson la espiritualidad es la fortaleza más humana y sublime y consiste en tener creencias coherentes sobre un significado y finalidad de la vida que trasciende nuestra existencia.

Dos cuestiones que debemos tener en cuenta, en primer lugar es muy importante diferenciar la espiritualidad de la religiosidad, las dos conllevan estar en contacto con lo sagrado, lo divino o alguna realidad final. Pero la diferencia entre ambas es que la espiritualidad es una relación universal, personal y privada que no requiere rituales particulares, dogmas o instituciones. Por lo tanto, se puede ser espiritual pero no religioso.
En segundo lugar debemos incidir en el sentido de significado que conlleva la espiritualidad, para encontrar este significado en nuestra vida no hace falta creer en alguna divinidad superior, lo importante es encontrar un sentido de finalidad y orden en la vida, un sentido de realización y aceptación en nuestro contexto como ser humano. Viktor Frankl es seguramente el autor mas conocido que haya escrito sobre el sentido de la vida, en parte debido a su libro El hombre en busca del sentido (1959), que narra su habilidad para encontrar un significado y un sentido a su vida a pesar de la tortura y el abuso que experimentó en el campo de concentración de Auschwitz. Frankl no solo consiguió sobrevivir él y evitar que las personas que le rodeaban no se suicidasen sino que también desarrolló una teoría llamada logoterapia que enfatiza la motivación de una persona para seguir existiendo.
En resumen, la espiritualidad es una relación personal y universal con algo más grande que uno mismo, es decir, un Dios, una fuerza más grande, un sentido en nuestra vida, una energía o la naturaleza. Así definida comprendemos como todos los seres humanos, de una u otra manera, tenemos algo de espiritual en nuestras vida y como nos puede ayudar. Los estudios demuestran que una actitud espiritual equilibrada y positiva de afrontamiento (ej, buscar apoyo espiritual, conexión espiritual, un sentido de vida…) ayuda al ser humano a enfrentarse ante situaciones de estrés. Estas investigaciones también confirman que aquellos que practican estas actitudes espirituales positivas de afrontamiento tienen menos depresiones, ansiedad y estrés y que correlaciona positivamente con la felicidad.

LA ESPERANZA/EL OPTIMISMO

“La esperanza es una buena cosa, y las buenas cosas nunca mueren” (Cadena Perpetua)

La esperanza y el optimismo son conceptos que se superponen en su definición, sin embargo una distinción muy usual (aunque no universalmente aceptada) es que la esperanza se refiere a una emoción y el optimismo a una actitud, por eso normalmente decimos que “nos sentimos esperanzados” o que “tenemos una actitud optimista”. Las dos representan una mirada positiva hacia el futuro, de que las cosas mejoren o que algo buena ocurra.
La cultura occidental tiene una larga tradición en asociar el optimismo, la ilusión y la esperanza con la ingenuidad e incluso con la idiotez (“Solo los tontos son felices”, “Un pesimista es un optimista bien informado”) Por eso es muy importante diferenciar con claridad el optimismo realista del “rosismo”, la ingenuidad o el optimismo exarcebado. Vivimos en un mundo complejo, y obviamente que sin análisis crítico, podemos perder fácilmente nuestra mente, nuestro dinero o nuestras metas pero el optimismo realista y la esperanza equilibrada son dos fortalezas psicológicas cuyos beneficios son vitales para nuestra felicidad.
Luego tenemos a los pesimistas y a los optimistas, mientras que los optimistas esperan que les ocurran cosas positivas, los pesimistas esperan que les ocurran cosas negativas, es decir,ver el vaso medio lleno o medio vacío, dos enfoques con consecuencias muy diferentes al enfrentarse a un problema, los optimistas serán mas activos y se centrarán en planificar y encontrar soluciones mientras que los pesimistas tenderán a ser mas autodestructivos, menos persistentes y evitaran enfrentarse a las situaciones debido a la visualización negativa de estas.

Aunque hemos destacado los contrastes entre optimismo y pesimismo, el optimismo no es simplemente la ausencia de pesimismo, por lo tanto los dos conceptos no son mutuamente exclusivos. La retórica de “Yo no soy pesimista, soy realista” ha sido utilizada incorrectamente como argumento en contra el optimismo. Los psicólogos Peterson y Seligman (2004) nos recuerdan que el realismo es una fortaleza muy relacionada con la apertura de mente y juicio, y que esta fortaleza conlleva analizar todos los lados del problema, (no solamente el lado negativo) analizando de manera mas eficaz el problema y centrándose en las vertientes positivas del asunto.
Por supuesto que el optimismo puede ser costoso si se torna demasiado irreal, asumiendo riesgos personales que pueden llevar a la negligencia de conductas saludables. Ser optimista no significa mirar el mundo a través de gafas de color de rosa y pasar por alto problemas y peligros. Ser optimista significa abordar la vida de frente, centrándose en las soluciones y posibilidades, sabiendo aceptar y reconocer, si llega el caso, que no hay soluciones y es conveniente un cambio de perspectiva.
El movimiento que incide en la autoayuda, nacida en los 50´s y que continua hasta nuestros días ha incluído a un gran numero de figuras influyentes que hablan de diferentes maneras de mejorar nuestras vidas y encontrar la felicidad. Una de las primeras e importantes figuras fue Norman Vincent Peale (1952) quien popularizó el poder del pensamiento positivo. Aunque es a menudo demasiado simplista y a veces nada saludable el pensar siempre de manera positiva, las investigaciones apoyan el pensamiento positivo y confirman sus beneficios tanto físicos como mentales, siempre teniendo en cuenta que el optimismo y la esperanza son mucho más dinámicos que el simple pensamiento positivo.

Multitud de estudios han comprobado los beneficios de la esperanza y el optimismo, incluidos:

– una mayor concentración en tareas académicas,

– mejor rendimiento deportivo,

– mantenimiento de la salud física,

– prevención de enfermedades,

– adaptación a enfermedades crónicas,

– mayor manejo del dolor,

– mayor autoeficacia,

– menores niveles de depresión,

– reforzamiento de las emociones positivas,

– mayor circulo de amistad y mayor apoyo social (Peterson y Seligman 2004, Zinder , Rand y Sigmon 2002).

El optimismo tiene también un efecto protector, tras situaciones complicadas en la vida el estrés puede aumentar intensamente, pero el optimismo lo amortigua y es capaz incluso de protegernos contra enfermedades prolongadas (Kivimaki et al 2005)
El optimismo y la esperanza son dos poderosas fortalezas psicológicas que nos permiten luchar contra las dificultades de la vida, lograr nuestras metas y ser más eficientes en nuestra vida. Dos armas indispensables para ser feliz y que podemos aprender y llegar a ser personas eficientes, que saben disfrutar de la vida y por supuesto, personas más felices.

EL SENTIDO DEL HUMOR

“No hay día más perdido que aquel en que no hemos reído” (Charles Chaplin)

El sentido del humor es una fortaleza psicológica que nos ayuda a afrontar mejor nuestras vidas y nuestro destino y que encima de regalo, nos hace reír .

Las investigaciones han encontrado que el sentido del humor nos puede ayudar a sobrellevar mejor el dolor, mejorar nuestro sistema inmunológico, reducir el estrés, tener una actitud más positiva, aumentar la autoestima, hacer más amigos…(ver beneficios de la risa) Poco se puede comparar con la sensación de una carcajada profunda, sincera y plena. No importa cual sea nuestra edad, posición económica, raza, o circunstancia vital, vivimos más y mejor cuando nos reímos a menudo y para eso está el sentido del humor, la capacidad para relativizar y destrozar las rígidas reglas de nuestra vida y aumentar nuestra perspectiva.
La buena noticia es que el sentido del humor se educa y potencia, por eso en filmoterapia queremos recomendar 16 maneras de mejorar y desarrollar nuestro sentido del humor para convertirlo en un componente esencial de una vida sana y feliz.

16 maneras de mejorar nuestro sentido del humor

1. En primer lugar, recupera tu sonrisa. Es cierto que una sonrisa y una risa no es lo mismo pero se parecen bastante. Asegúrate de sonreír con los placeres sencillos (ver a un niño jugando, al cabar con éxito de una tarea, el testimonio de algo sorprendente o divertido). La sonrisa indica que el estrés y el peso del mundo no te han superado. Si el día no está marcado por lo menos una docena de sonrisas, entonces quizás necesites plantearte si estás deprimido o demasiado estresado.

2. Cómprate o sigue en la televisión una buena serie de humor (y si puedes compártela). Las series son geniales dosis de humor que siempre nos pueden venir muy bien para entrenar nuestro sentido del humor, aquí te dejamos una selección de las mejores series de humor según filmoterapia.

3. Recuerda algunos de los momentos más embarazosos de su vida. Y encuentra a continuación su parte graciosa, puedes exagerarla, dramatizarla o llevarla al absurdo. Cuando revelamos nuestras partes más vulnerables y somos autocríticos se nos abren muchos aspectos humorísticos de nuestra vida.

4. Cada vez que ocurra algo molesto y frustrante en tu vida intenta verlo con humor. Obviamente es normal enfadarse en un principio si te salpica un coche o pisas una caca de perro, pero podemos practicar para encontrar una manera de reírnos con las pequeñas molestias de la vida. Un buena manera de hacerlo es pensar que le ha sucedido a otra persona, alguien que admiras mucho o que te cae muy mal.

5. Crea un ambiente de humor. Puede ser en el Facebook, en el twitter (hay una parcela enorme en Twitter en donde solo se habla de humor y bromas con desconocidos), puedes incluso hacerte un blog para poner todos aquellos chistes y videos graciosos que encuentres. También puedes quedar con amigos con los que te rías mucho a menudo y convertirlo en un buen hábito.

6. Apúntate a una buena serie de humor de animación. Estilo Padre de Familia, los Simpsons o Futurama, gracias a la animación los guionistas tienen más campo aún mas amplio y flexible para desarrollar el humor y llegar a niveles máximos de comedia.

7. Intenta llevar al absurdo o ver el lado gracioso de aquellas cosas que merecen un respeto “sagrado” para ti. Cuando rompemos tabúes a través del humor aprendemos a relativizar las cosas, a ser más flexibles y aumentar nuestra apertura de miras.

8. Cuando una persona te ofenda o te haga enojar, respóndele con humor en lugar de hostilidad (siempre que sea posible). Por ejemplo, si alguien siempre llega tarde, dile: «La próxima vez avísame y así acabo de una vez Guerra y Paz.» La vida es demasiado corta como para convertir a cada afrenta personal en una batalla. Sin embargo, si estás constantemente ofendido por alguien en particular, tómalo en serio y toma las medidas apropiadas. Pero con aquellos problemas menos importantes, o aquellos que realmente no podemos cambiar, lo mejor es tomarselo con humor.9. De vez en cuando ver una película “mala” de humor no sienta nada mal. Queda con tus conocidos para ver este tipo de películas, sienta muy bien.

10. Experimenta con las bromas. Aprende un chiste o gracia y atrévete a decirlo en público, recuerda que la autoestima está relacionada con el sentido del humor, a más autoestima mas se expresa todo nuestro sentido del humor.

11. Repasa la agenda cultural de la semana y plantéate ir algún evento humorístico. Puede ser un monólogo, una obra de teatro o una comedia que estrenan en el cine. A veces se necesita un “buen profesional” para volver a recuperar su sentido del humor.

12. Desarrolla una rutina tonta de romper un estado de ánimo bajo o negativo. Podría ser algo tan “estúpido” como hablar con un acento ruso, imitar al humorista de turno o dedicar unos minutos al día a hacer el tonto con la familia, de esta manera nos relajamos e invertimos la dinámica negativa de nuestras emociones, siendo capaces de controlarlas.

13. Repasa los clásicos del cine del humor. Las mejores comedias de la historia del cine son las mejores escuelas para reírse y curtir el sentido del humor. Aquí tienes una lista con algunas de las mejores comedias.

14. Encuentra un compañero/ grupo de humor. Alguien con quien quedar o llamar sólo para decirle algo divertido, hacer el tonto o contar chistes. Queda con amigos con los que te ríes mucho para tomar una caña cuando no estés animado o te sientas estresado. Con la gente conocida es cuando mas nos reímos normalmente porque tenemos confianza, compartimos el mismo estilo de humor y nos deshinibimos fácilmente.

15. Exagera y exagera tus problemas para lograr que sean tan absurdos que te ayude a recuperar tu perspectiva humorística. La mayor parte del humor se suele basar en la exageración y las películas mudas son uno de los mejores ejemplos.

16. Repasa a los maestros del humor. a los Monty Python, hermanos Marx, Woody Allen, Billy Wilder o Charles Chaplin. Genios de la comedia que han revolucionado el sentido del humor y que han perdurado con sus sketchs.

 

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