Editada por HODGSON & BURQUE psicólogos

Filmoterapia

Cine, coaching y psicología

Contra la obligación de ser feliz

FELICIDAD2 Está claro, vivimos en la sociedad de la “Superfelicidad”, un mundo en donde las emociones sólo pueden (y están obligadas) a ser positivas. Felicidad, alegría, buenas sensaciones, buenos recuerdos, más alegría, felicidad 24 horas, buen rollo desorbitada para todo el mundo. Es esta una cultura (la occidental y rica claro) en donde todo está enfocado para que sólo tengamos emociones positivas y por lo tanto todo aquello que no sea así (tristeza, inseguridad, ansiedad, enfado…) serán repudiadas ipso facto, se reprimirán como un tabú y serán objeto de vergüenza. Los ejemplos son infinitos: Facebook y su distorsión “positiva” de la realidad, con sus “me gusta” y su hiperrecompensa continua a quien comparta estímulos positivos que genere a su vez sentimientos positivos a los demás. Coca cola y su campaña para apropiarse de la palabra felicidad (deben estar a punto de ponerle un copyright). Los medios y su exaltación hasta el paroxismo de las emociones positivas. La publicidad exprimiéndonos hasta la última gota de felicidad para vender. El “tienes que ser feliz. La moda. El Dont worry be happy. La “obligatoria” Feliz Navidad. El positivismo. Los Finales felices Made in Hollywood. El amor eterno..  

(Ver este corto sobre las distorsiones de Facebook que todos hemos vivido alguna vez…y valido para todas las redes sociales)

Vivimos en una sociedad en donde nos obligan sutilmente (cada vez menos sutilmente) a ser felices, y ahí reside el problema por su paradoja, obligarse a tener emociones positivas y encima no aceptar las negativas conlleva un perfeccionismo emocional que sólo generará muchas más emociones negativas en una espiral imposible. Es como si tienes que hablar en público y te obligas a no estar nervioso, provocando que estés cada vez más nervioso y al final no salgas a hablar. Las consecuencias de todo este perfeccionismo son muchas, una cultura con cada vez más depresiones, trastornos de ansiedad, problemas de alimentación, adicciones…un mundo en donde el consumo de psicofármacos se multiplica exponencialmente, en donde incluso mucha gente que lo tiene todo en la vida (no solo cosas material sino también amor o amistad) son muy infelices y encima se sienten culpables por ello. Hasta la muerte está vilipendiada por esta dictadura de la felicidad, la escondemos constantemente de nuestras vidas provocando que la tristeza y el proceso del duelo (un proceso muy natural, sano y necesario del ser humano para afrontar perdidas) se cortocircuite las 24 horas. ¿La razón? Pues está claro, el proceso del duelo es una sucesión de emociones negativas y obviamente eso no queda nada bien con el canon imperante del siempre feliz. Y las consecuencias son de nuevo desastrosas, la gente bloquea este proceso y lo único que provocará es que esas emociones negativas se “hinchen” y salgan por algún lado, pero esta vez de manera insana ya sea a través de una depresión o de un trastorno de ansiedad. "El problema es que vivimos en la cultura del final feliz, la cultura del “como debería ser” en lugar del “como es”." (Dustin Hoffman en Lenny - La cultura del final feliz) Si concretamos aún más vemos como las consultas de psicología están llenas de personas que se han obligado en algún momento a tener solo emociones positivas y a no aceptar (ni ver sus beneficios) sus propias emociones negativas. Personas que no pueden aceptar el dolor de una perdida, del desamor, de las dificultades de la vida. Gente que no se permite estar ansiosa en situaciones, ni tener miedo a problemas, ni si quiera a estar tristes ni desanimados. La obligación de ser feliz porque “lo tengo todo en la vida y es imposible no ser feliz”. La compulsión de comprar todo lo que dicen traerá la felicidad. La obsesión por encontrar el amor perfecto y la pasión constante. La evasión de las emociones negativas de la vida a través de las adicciones, las drogas…

¿Y ENTONCES QUE HACEMOS CON LAS EMOCIONES NEGATIVAS?

Como comentamos constantemente en consulta, las emociones negativas son muy sanas y necesarias y están por alguna razón en nuestro cuerpo. No ha sido ningún error de “fábrica” ni nada por el estilo. Si las usamos de manera eficaz pueden reportarnos muchos beneficios, ayudarnos a conseguir nuestras metas, salvarnos la vida, superar perdidas, poner límites…y finalmente ser más feliz. Para explicarlo un poco más os dejamos con este extracto de nuestro artículo EL ABC de las emociones ( y de nuestra felicidad) “La emociones negativas son siempre buenas (algo que mucha gente no piensa) pero siempre que estén acorde a la situación. Por ejemplo, la tristeza es una emoción fundamental en el ser humano que aparece cuando uno interpreta pérdida. Puede ser la pérdida de alguien querido pero también puede ser la pérdida de un amor, perder el trabajo, un partido, la vida, el tiempo…La tristeza es una emoción fundamental de lo que se llama el proceso de duelo, un proceso muy natural del ser humano para afrontar y aceptar una perdida. Nos puede ayudar mucho pero como decíamos antes, siempre que sea acorde a la situación. Por eso es muy normal y sano que estemos tristes unas semanas tras una ruptura amorosa pero lo que no puede ser es que estemos tristes varios años. O la ansiedad, lo que yo llamo la emoción “más antigua” del ser humano. Creada hace cientos de miles de años, la ansiedad es una emoción que aparece cuando uno interpreta un peligro. La ansiedad es por lo tanto una emoción fundamental en el ser humano puesto que la hemos desarrollado ( y perfeccionado) para sobrevivir. Sin ell no seríamos capaces de afrontar peligros de vida o muerte. En otros niveles más moderados, la ansiedad se convierte en un estrés que por ejemplo nos llena de energía y nos ayuda a no dormir una noche para estudiar un examen o afrontar un partido de fútbol decisivo. Pero de nuevo, la ansiedad tiene que aportarnos siendo acorde con la situación. Si nos atacan por la calle 5 perros rabiosos espero que nuestra ansiedad sea muy alta para poder pensar y actuar lo antes posible pero si por ejemplo alguien critica nuestro trabajo, un nivel de ansiedad muy alto (como en muchas ocasiones ocurre) no nos ayudará a nada, nos bloqueará y nos generará un malestar muy grande que seguramente se mantenga en el tiempo de manera inútil.” Felicidad4 Ser consciente de nuestras emociones negativas, aceptándolas y aprendiendo a usarlas a nuestro favor (como por ejemplo aprendiendo herramientas para que el enfado nos sirva puntualmente para desintoxicar una relación o poner límites sanos, no para destruirla o para vivir en el rencor) son piezas fundamentales de cualquier terapia. Nosotros en filmoterapia hemos hablado innumerablemente sobre las emociones positivas, sobre la felicidad o sobre como intentar llegar a ella pero reivindicamos desde aquí que la felicidad es un derecho de las personas (inalienable si queréis) pero nunca, nunca puede convertirse en una obligación. Si nos obligamos a ser felices nunca los seremos.

DEL REVÉS (INSIDE OUT)

Para explicar todo esto, proponemos esta semana una película que expone como anillo al dedo todo lo que estamos hablando, es más, fue el hecho de ver esta peli la que me motivó a escribir este artículo. Hablamos de una historia de dibujos animados de Pixar a la que pondríamos el siguiente apelativo “Recomendada para mayores de 16 años” debido a la profundidad de su planteamiento y que a pesar de sus primeras capas de simplismo infantil existe un trasfondo sobre las emociones muy poderoso. Como me dijo una paciente el otro día, la película me recordó muchísimo a lo que tú me dices siempre, fue como estar en consulta. Esperamos que os guste. Sinopsis: Hacerse mayor puede ser un camino lleno de obstáculos. Riley debe dejar el Medio Oeste cuando su padre consigue un nuevo trabajo en San Francisco. Ella se deja guiar por sus emociones: Alegría, Miedo, Ira, Asco y Tristeza, e intentará adaptarse a su nueva vida en San Francisco, pero el caos se instala en los Cuarteles Generales de las emociones. Aunque Alegría, la emoción principal, intenta mantener una actitud positiva, las demás emociones chocan a la hora de decidir cómo actuar en una nueva ciudad, un nuevo hogar y una nueva escuela. (FILMAFFINITY)

Categoría: Recursos psicológicos

Etiquetas: Ansiedad, Emociones negativas, Emociones positivas, Enfado, Felicidad, Infelicidad, Miedo, Terapia cognitiva, Tristeza

Etiquetas de cine: Cine de animación, Especiales

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8 comentarios

  1. Muy buen artículo!
    Este es uno de los grandes avances de los pacientes cuando van a terapia, esto es, el aceptar las emociones tal y como vienen y, desde esa aceptación, poder trabajar para gestionar las emociones de los acontecimientos que vivimos.
    El estrés, la superficialidad, la inmediatez, el agotamiento, la deseabilidad social… la era de la información está generando la era del estrés, y con el tiempo lo pagaremos.

  2. Un artículo muy interesante, es cierto tus argumentos en que vivimos en una sociedad que ha idealizado la obligación de ser feliz y con ello muchas personas ocultan las emociones negativas, algo que puede ser muy perjudicial, no obstante, sabemos que existen los fundamentos de la psicología positiva y que en general sí hay técnicas y consejos que nos ayudan a ser más felices, ver la vida con más optimismo y poder superar las adversidades, sin que esto signifique dejar de poner los pies sobre la tierra.

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