Editada por HODGSON & BURQUE psicólogos

Filmoterapia

Cine, coaching y psicología

Fragilidad y consumismo (cuando el «tener» es más importante que el «ser»)

«Lo que posees acabará poseyéndote” (El Club de la Lucha)

Hace apenas un siglo comenzó a asentarse en nuestra sociedad  un estilo de vida de carácter consumista y basado en los principios de las democracias capitalistas, nacido en Estados Unidos se fue extendiendo por todo el mundo a lo largo del siglo XX hasta llegar a “invadir” prácticamente todo el planeta en la actualidad. Este estilo de vida está basado en el YO en donde teóricamente el individuo tiene la capacidad, el derecho y la libertad para ser feliz (recordemos que la felicidad es una derecho según la constitución americana). Una idílica aspiración teórica pero que en la práctica hace aguas desde que nació (obviamente aquí nos centraremos en los componentes estrictamente psicológicos).

(En  el interesante  documental The century of the self se repasa como la publicidad fue perfeccionando sus métodos para sacar el máximo provecho a la cultura del yo y la busqueda de la felicidad durante el siglo XX)

El primer problema que encontramos está en cómo se nos define esa felicidad. Mientras que el concepto de la felicidad es un constructo muy complejo, el sistema actual la simplifica y distorsiona de tal manera que podríamos resumirla de la siguiente forma:

Querido consumidor recuerde que para llegar a ser feliz debe anteponer el “tener” ante que el “ser”, es decir el “tener un móvil de última generación” antes que “ser íntegro o creativo” o por ejemplo el “tener lo que yo quiera lo más rápido posible” antes que el “ser una persona fuerte o persistente que se responsabiliza de su vida”

Esta distorsión de la felicidad no va a provocar otra cosa que infelicidad, porque mientras que el “ser” depende plenamente de nosotros, el “tener” nos vuelve dependientes de aspectos que no controlamos. Las consecuencias son una espiral de frustración, ansiedad, fragilidad, desánimo e inmadurez al no conseguir todo lo que nos dicen que hay que conseguir. Estamos abocados por lo tanto a la infelicidad.

(Los Jóvenes y El Dinero, un documental sobre el consumismo en donde podemos obvervar la tremenda dependencia que nos crea el sistema consumista actual)

El segundo problema que vemos es que el consumismo nos regala un libertad formal (para ser felices y elegir nuestra vida) a cambio de crearnos necesidades constantes que ponen en peligro esa libertad, esquemas mentales como “para ser feliz debes consumir”, “el éxito se mide en lo que tienes, no en lo que eres” o “la apariencia si que importa” son integrados en nuestro cerebros desde que nacemos. Cada día de nuestra vida somos bombardeados con miles y miles de estos mensajes que finalmente van calando y creando actitudes erróneas sobre nuestra vida, sobre nosotros y sobre nuestra felicidad. Nuestras decisiones ya no dependen de nosotros y eso provoca una fuerte  sensación de fragilidad. Somos como niños que por un lado nos dicen todo el rato  que somos independientes  pero por otro lado nos educan continuamente para seguir dependiendo de un sistema consumista,

(Discurso de Tyler Durdan en El Club de la lucha que define la influencia del sistema en nuestras vidas)

Veamos a continuación algunos de los indicadores psicológicos de esta moderna fragilidad psicológica.

• Victimismo y búsqueda de culpables por cualquier inconveniente en la vida.

• Bajo nivel de tolerancia ante las frustraciones provocando altos niveles irritabilidad e ira desproporcionada.

• Conformismo y bajo nivel de pensamiento crítico o reflexión sobre el mundo que le rodea.

• Alto nivel de reactividad ante las circunstancias.

• Insatisfacción vital continua.

• Riego de trastornos depresivos y altos niveles de ansiedad.

• Tendencia a caer en adicciones a las compras, tecnologías, videojuegos, redes sociales, moda, etc..

• Pesimismo u optimismo injustificado.

• Ausencia de perspectiva vital y análisis a medio/largo plazo

•  Autoestima  voluble(dependiente de sus circunstancias)

• Falta de ética personal, valores personales ambiguos y dependencia constante de las circunstancias.

• Egoísmo e incapacidad de aplicar una filosofía de ganar- ganar en las relaciones personales.

• Autoengaño, superficialidad e incapacidad para la introspección.

(En Matrix vemos una alegoría respecto a la ruptura de las cadenas que nos unen al sistema actual, un proceso que no es fácil y en el que hay que siempre hay que dar un primer paso)

 

La buena noticia es que podemos aprovecharnos del constructo en el que está basada la sociedad actual. Según el psicólogo Martin Seligman , por primera vez en la historia tenemos la libertad y el potencial para realizarnos plenamente como individuos (recordemos la pirámide de Maslow) pero para ello debemos ser capaces de vencer todas las necesidades, miedos e inseguridades que nos crea el sistema ( nadie dice que sea fácil).

¿Cómo?, lo podemos definir en una palabra, madurando. Esta fragilidad psicológica provocada por el sistema es fundamentalmente el resultado de no responsabilizarnos de nuestra vida y dejarlas en manos de factores que no controlamos. Para no ser un títere del sistema debemos ser proactivos, inconformistas, críticos, llenos de perspectiva y basarnos en nuestros valores personales, o dicho de otra manera, debemos aprender a ser maduros en todos los niveles de nuestra vida. Nos han enseñado a expresarnos emocionalmente, a compartir lo que sentimos y a buscar a ayuda cuando nos encontramos mal. Ahora nos queda el siguiente paso, aprender actitudes eficientes ante nuestra vida y construir nuestro propio camino en la vida. Ese es el verdadero secreto de la felicidad.

(Acabamos con dos puntos. Primero este discurso final de Trainspotting, tan politicamente incorrecto y que nos ayuda a reflexionar sobre que significa elegir nuestra vida. Y debajo os dejamos un extracto sobre la reflexión del psiquiatra Doce Feliz a la pregunta de por qué no acabamos de ser felices.)

-Cada vez se habla más de esa felicidad que no llega.
-Probablemente tenga que ver con las expectativas, con lo que esperamos de los demás y de nosotros mismos, con la capacidad de aceptación de nuestras circunstancias (aceptación no quiere decir resignación). El tema es que no puedes ser infeliz porque todos tus compañeros tengan un iPhone y tú no. La felicidad no puede estar en el tener, tiene que estar en el ser. Se construye a partir de la educación, del afecto, de la familia.

(Extracto de la entrevista al psiquiatra Francisco Doce Feliz)

Categoría: Psicología a través del cine

Etiquetas: Felicidad, Pensamiento crítico, Proactividad, Reflexiones terapeuticas, Valores

Etiquetas de cine: Especiales, Otros

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