Cómo desarrollar tu empatía (parte 1)
ESPECIAL SOBRE LA EMPATÍA El valor incalculable de la empatía y su retroceso en la sociedad actual 25 beneficios de la empatía (primera parte) 25 beneficios de la empatía (segunda parte) Cómo desarrollar […]
Estás de viaje en Japón y de repente te encuentras a alguien en una situación complicada, ha perdido su cartera y te pide ayuda. Tienes muchas dudas sobre si ayudarle o no, pero hablando con él te cuenta que es de tu ciudad. De repente te sientes mucho más cercano, aumenta tu empatía, y todas las dudas desaparecen.
Esto ocurre porque el hecho de sentir una sensación de conexión con otra persona es una parte importante para desencadenar conductas prosociales. Cuando experimentas esta cercanía, aumenta tu empatía y tus ganas de ayudar a la otra persona (incluso aunque sea un sacrificio para ti)
Jay Van Bavel, profesor de psicología y ciencias neuronales en la Universidad de Nueva York, descubrió que en ausencia de una conexión social ya existente (que la otra persona sea de tu ciudad, de tu región o de tu familia), encontrar una identidad compartida puede promover la empatía. Según este psicólogo «Se ha demostrado que cuando las personas encuentran una identidad común, incluso si se crea en el momento, estarán más motivadas para empatizar con la otra persona»
El profesor Van Bavel investigo la activación de las zonas “empáticas” del cerebro en situaciones de conexión social. Se fue a un grupo de trabajo y demostró que el hecho de estar en el mismo equipo para una actividad laboral puede aumentar la empatía y la cooperación. Y no sólo eso, esta conexión también desencadenaba sentimientos positivos en individuos que alguna vez fueron percibidos como muy diferentes a nivel nacionalidad, raza o estatus.
En este sentido podemos aprender de muchas grandes religiones, corrientes filosóficas o movimientos sociales que muchas veces hablan de los seres humanos como hermanos. No hay más conexión que esa para empatizar con el prójimo.
También puedes irte a tu día a día y reconectar la empatía en tus propias interacciones, para ello esfuérzate en encontrar similitudes en lugar de centrarte en las diferencias. Por ejemplo, tal vez tú y un vecino tengáis ideologías políticas opuestas, pero tus hijos tienen la misma edad y van a la misma escuela. Aprovecha esa similitud para crear más empatía, recuerda que todos compartimos múltiples identidades y parte de ser socialmente inteligente es encontrar la identidad que compartimos.
(En la película Hotel Rwanda vemos un extraordinario ejemplo real de empatía en el genocidio de Rwanda en 1994)
La curiosidad es una fortaleza psicológica que nos puede ayudar a mejorar nuestra empatía. Alexandra Main, profesora de psicología en la Universidad de California afirma que la curiosidad puede ser un componente importante de la empatía. Pero cómo dice Main: “No llega con observar superficialmente las emociones, pensamientos o perspectivas de los demás. Se trata más de intentar apreciar activamente el punto de vista de alguien”
Pregúntate (y pregúntale) cómo vive tu vecino musulmán, cómo es su trabajo, sus gustos, sus ritos…estas preguntas seguramente te van a ayudar a romper muchos prejuicios y a acercarte a él. También puedes leer sobre su cultura, viajar, sentir curiosidad por cómo viven en su país.
Otra práctica interesante podría ser intentar hablar con alguien desconocido de vez en cuando, con la cajera del supermercado, con el vecino en el ascensor, con un padre del cole, con alguien mayor…e ir más allá de una conversación superficial: puedes preguntarle que tal se encuentra, cómo le fue el día…
Siguiendo esta idea de la curiosidad con desconocidos, en el año 2000 se creo en Copenhague la “Biblioteca humana”, un proyecto en dónde puedes pedir prestadas personas para conversar con ellas, escucharles, hacerles preguntas y de paso acabar con las ideas negativas preconcebidas que tenemos se la gente y que tanto nos impide empatizar.
Recuerda que si te cuesta ponerte en la piel de otra persona no es necesariamente que no te importe; tu dificultad puede deberse a que no entiendes la perspectiva de esa persona. Por eso hacer preguntas y mostrar curiosidad es una forma de cambiar eso.
Práctica con tus conocidos y amigos, cuantas relaciones tenemos que siempre pasamos por encima y no preguntamos por cómo están, por sus ilusiones, su familia, sus miedos…
Y finalmente pregunta a la gente muy cercana a ti. Por ejemplo, sé curioso y pregúntate por qué tú pareja quiere ir siempre a ver a sus padres los fines de semana . En vez de enfadarte todo el rato con ella, está “curiosidad” podría ayudarte a evitar prejuicios e ideas negativas, comprenderla y como resultado, prevenir conflictos y promover la empatía.
Ya lo veremos más adelante pero para estas prácticas que propone Main también es importante aprender a hacer preguntas abiertas, sin prejuicios, desde la escucha activa y brindando señales no verbales (como asentir con la cabeza cuando alguien habla). Habilidades que bien conocemos los psicólogos y que pueden alentar a esa persona a compartir más.
Lo importante es expresar interés desde la curiosidad y la escucha porque según Main. “A largo plazo, expresar interés por otra persona puede facilitar la empatía en la relación”.
(Maravillosa escena sobre la empatía en Forrest Gump)
Cómo dice Stephen Covey en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, el quinto hábito es aprender a ser empático pero también ser asertivo. Primero comprender al otro pero luego, y de la mano, hacerse comprender. Escuchar y expresar, dar y recibir, ayudar y poner limites…La empatía y la asertividad son cómo hermanos que tienen que ir siempre de la mano para ser más fuertes y eficaces
La asertividad es lo que nos va a ayudar a poner límites, a saber decir que no, a distanciarnos sanamente si lo necesitamos, a no implicarnos si nos hace daño, a elegir ayudar, a no sentirnos culpables, a pedir, a recibir…
Este punto es fundamental, la empatía es un superpoder pero que tiene ir siempre de la manos de otro superpoder, la asertividad , si no pierde su fuerza.
(Excelente explicación de Stephen Covey sobre la empatía cómo hábitos fundamental en las relaciones)
Estoy un poco harto de cuando de vez en cuando leo algún artículo o escucho a algún “especialista” diciendo que no deberíamos ser tan empáticos, que eso nos hace más débiles y empieza una apología de la no empatía confundiéndola con el buenísimo, la fragilidad o la debilidad. Me parece increíble este intento de cercenar una cualidad tan excepcional.
Vale, entiendo que la podamos confundir con otros términos pero empezar a desvalorizar así por las buenas es lamentable y más en el mundo en el que vivimos.
(Por eso haz cómo el filósofo social Roman Krznaric, que no sólo defiende la empatía si no que la ve cómo eje de una revolución social)
Categoría: Recursos psicológicos
Etiquetas: Crecimiento personal, Emociones positivas, Empatía, Exito, Felicidad, Habilidades sociales, Inteligencia emocional, Liderazgo, Relaciones
Etiquetas de cine: Especiales
ESPECIAL SOBRE LA EMPATÍA El valor incalculable de la empatía y su retroceso en la sociedad actual 25 beneficios de la empatía (primera parte) 25 beneficios de la empatía (segunda parte) Cómo desarrollar […]
El valor incalculable de la empatía y su retroceso en la sociedad actual 25 beneficios de la empatía (primera parte) 25 beneficios de la empatía (segunda parte) Cómo desarrollar tu empatía (I) Cómo […]