Los humanos somos complejos y polifacéticos. Y el cine da buena muestra de ello, así que creo que es complicado recomendar películas porque cada uno de nosotros buscamos en el cine algo diferente: emocionarnos, reflexionar, sentirnos identificados, pasar miedo, inspirarnos o, incluso, criticar y despreciar el mundo. ¿Qué buscas tú?
Yo busco muchas cosas, pero hay unos aspectos de base que muchas personas que conozco no comparten conmigo y que para mí, sin embargo, hacen que una película o serie sea terapéutica en sí misma:
No olvidemos que el cine es arte audiovisual, entra, ante todo, por los oídos y los ojos… y luego en la mente; pero antes que nada entra por los sentidos. Y aunque la realidad, lógicamente, no sólo es hermosa, también es cruda, fría, cruel y hasta inhumana, lo que yo busco en el cine (sé que es una opinión muy particular) no es realidad, sino “amabilidad”: que cuando acabe la película me sienta, como poco, como antes de verla y, si es posible, mejor. Si sé que me va a quedar “mal cuerpo”, por interesante que sea, después de muchos años de ver de todo, de entrada ya decido abstenerme, pues creo que la mente es el álbum de fotos más importante que tenemos y cada uno elige con qué quiere llenarlo.
En este sentido, te recomendaría series que quizás te gusten o, tal vez, las encuentres incluso ñoñas o anticuadas, como la versión ochentera (no la actual) de “Ana de las Tejas Verdes” (aquí no soy objetiva porque es mi historia favorita), “Las chicas Gilmore” (gran guión, gran música, gran escenografía), “Érase una vez” (buena oportunidad para reflexionar y educar sobre el Bien y el Mal en la vida cotidiana) o la mítica “La casa de la pradera” (anticuada, sí, pero llena de humanismo y amabilidad). Y películas como “El diario de Noah” (hermosa se mire por donde se mire), “El club de las mujeres perfectas” (en la línea visual de la genial serie “Mujeres desesperadas”) o la película de animación “Enredados” (divertida, musicalmente impecable y con interesantes complejidades que no parecen propias de una película infantil).
Visto lo anterior, y como escritora que soy, por descontado que valoro mucho el guión. Y como profesional del desarrollo personal, lo que me cautiva es la historia, el mensaje… ¿cuál es la esencia que se desea transmitir? A nivel personal, siento predilección por las películas que tratan de una forma mínimamente profunda el tema de la vida y/o la muerte y que lo hacen de un modo metafórico, reflexivo o indirecto. Por eso, a continuación, te dejo 4 películas que pueden aportarte algo positivo al respecto:
Sinopsis: Año 6000: en un desarrollado planeta donde la gente vive 250 años nadie quiere ir de viaje a la Tierra.
Por qué me gustó a mí y tal vez también a ti: Porque es ocurrente, divertida y está llena de mensajes inspiradores para vivir una vida más consciente.
Sinopsis: Ben Thomas (Will Smith), un inspector de Hacienda de Los Ángeles, se pone en contacto con algunas personas para ayudarlas, pero las razones que lo mueven a actuar así son un misterio. Sin embargo, cuando conoce a Emily Posa (Rosario Dawson), una joven enferma investigada por hacienda y empieza a sentirse atraído por ella, sus inconfesables planes se tambalean.
Por qué me gustó a mí y tal vez también a ti: Porque la vida puede llenarse de sentido luchando por los manidos sueños… o, como en este caso, haciendo que tu vida tenga un sentido más allá de ti.
Sinopsis: Cuenta la verdadera historia de Morrie Schwartz (Jack Lemmon) y su relación con su alumno, Mitch Albom (Hank Azaria). Tanto la película como el libro muestra las lecciones de vida que aprende Mitch de su profesor, que se está muriendo de esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Por qué me gustó a mí y tal vez también a ti: Porque, pese a la circunstancia del protagonista, es una de las historias más sabias, positivas y vitales que he leído y visto.
Sinopsis: La vida de Sara (Cameron Diaz) y Brian Fitzgerald (Jason Patric) cambia radicalmente cuando a su hija Kate (Sofia Vassilieva), de dos años, le diagnostican una leucemia. Sara abandona entonces su carrera de abogado para entregarse al cuidado de la niña. La única esperanza de salvación es recurrir a la ingeniería genética para tener otro hijo. Así es como nace Anne (Abigail Breslin). Entre ella y Kate se establece una relación muy estrecha, sobre todo porque ambas tienen que someterse a diversos tratamientos médicos y compartir largas estancias en el hospital. Sin embargo, cuando Anne cumple once años contrata a un abogado (Alec Baldwin) para emanciparse médicamente.
Por qué me gustó a mí y tal vez también a ti: Porque te inspira a reflexionar con valentía sobre lo que eres capaz de hacer ante los obstáculos y, ante todo, sobre los límites de esta lucha y la aceptación de lo que es.
© Vanessa Gil
www.vanessagil.com
Vanessa Gil es autora de libros de ficción (El muñeco ruso) y no ficción (Las perlas de Sofía), artículos, guías y otras propuestas, como los cafés para tomar y para llevar. En su web te ofrece recursos para inspirarte, comprenderte y mandar tú sobre tu mente.
Categoría: Listas & Recomendaciones
Etiquetas: filmoterapia, Inspiración
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