La empatía es uno de los grandes superpoderes del ser humano: ingrediente fundamental de las relaciones sanas, base de la generosidad, elemento imprescindible de muchas profesiones, pilar del liderazgo y de la inteligencia emocional…Como lo describe el investigador de la empatía y psicólogo de la Universidad de Stanford, Jamil Zaki, la empatía es el “superpegamento psicológico que conecta a las personas y sustenta la cooperación y la bondad”
Y no acaba ahí la cosa, la empatía además motiva muchos tipos de comportamientos prosociales como el perdón, la compasión, el voluntariado y la ayuda a los demás. Y es el antídoto perfecto contra la ira, la violencia, el racismo o el acoso escolar.
¿Cómo es posible entonces que una cualidad tan espectacular quede tan empantanada, tan infravalorada y tan escondida?
Antes de contestar esta pregunta quiero resaltar que considero que en los últimos cien años ha habido muchísimos avances en el mundo de la empatía (recordemos que hasta hace 120 años no había ninguna palabra para referirse a la empatía). Hoy en día la empatía se estudia, se valora y se trabaja más que nunca en la historia en muchos niveles: en los colegios, en las familias, en los movimientos sociales, en la inclusión social, en las parejas y familias, en la gestión de equipos, en las profesiones que ayudan a los demás…. Pero aún así da la sensación de que es un valor que no se prioriza, que incluso está perdiendo fuelle, que se está deshinchado socialmente.
Nos dan la tabarra con la autoestima, la motivación, el liderazgo, la competitividad. Hasta se habla de salud mental, de mindfulness, creatividad o del amor pero la empatía parece que va al final de todo, incluso en terapia poca gente acude expresamente a mejorar su empatía. Hasta yo que tanto valor le doy a esta cualidad he tardado demasiado tiempo en decidirme a hacer un especial en la web.
Las razones de esta posible “decadencia” de la empatía son varias pero hay dos que me interesan mucho cómo psicólogo.
Por un lado tenemos que hoy en día cada vez se prima más el EGO y el individualismo. La sociedad capitalista y consumista lleva desde hace décadas distorsionando cada vez más el concepto del YO: lo que YO quiero, lo que YO puedo conseguir, lo que YO opino, lo que YO valgo, lo que YO merezco…el YO está más hinchado que nunca en la historia, jamás habíamos tenido una sociedad tan narcisista cómo esta.
(Clay Cockrell, psicólogo especializado en personas ricas, elogió el gran realismo de Succesion. La incapacidad de confiar, el aislamiento, la falta de habilidades y el narcisismo son algunos de los problemas de familia Roy que vive cada vez más gente en la sociedad actual)
Y venga, ya que estamos, vamos a intentar definir este posible narcisismo social cómo si fuese un paciente que ha sido diagnosticado con un trastorno narcisista de la personalidad. Según el manual de psicodiagnóstico más prestigioso, el DSM-V, para poder ser diagnosticado con un trastorno narcisista de la personalidad tienes que tener 5 síntomas o más de los siguientes:
Un sentido exagerado e infundado de tu propia importancia y talentos (grandeza y egocentrismo)
Preocupación por fantasías de logros ilimitadas, influencia, poder, inteligencia, belleza o amor perfecto
Creencia de que eres especial y único y que solo debes asociarte con personas del más alto nivel
Necesidad de ser admirado incondicionalmente
Pensar que siempre tienes la razón y un sentido del derecho por encima de los demás
Explotación de los demás para lograr tus propios objetivos
Una falta de empatía hacia los demás
Envidia de los demás y creencia de que otros te envidian
Arrogancia y soberbia
Es ponerme a leer estos síntomas y yo veo muy reflejada a la sociedad. Hay un documental muy interesante de 2003 que diagnóstica al sistema capitalista y las grandes corporaciones cómo si tuviera un trastorno antisocial de la personalidad (más conocido cómo psicopatía) y define este sistema cómo si fuera una persona desequilibrada, si escrúpulos, frío, despiadado y sin nada de empatía.
(The Corporation, un imprescindible documental sobre la evolución de las grandes empresas en los últimos anos desde un punto de vista psiquiátrico)
Es también un posible y certero diagnóstico pero creo qué hoy en día tenemos una sociedad más narcisista que psicópata. Una sociedad en dónde el YO está hipervitaminado e hipertrofiado, muy por delante del TÚ, del NOSOTROS o del VOSOTROS. Vivimos en una época en dónde se distorsionan la competitividad, el egoísmo o el éxito por delante de todo lo demás. Hasta finalmente llegar a uno de los síntomas típicos del narcisismo, si sólo te ves a ti mismo mostrarás una enorme falta de empatía debido a una incapacidad o falta de voluntad para reconocer las necesidades y los sentimientos de los demás.
Y no voy a ser quién niegue que cuidar el YO, la autoestima y priorizarse a uno mismo en un básico de la felicidad, pero no de esta forma tan distorsionada. Porque el YO es importante pero además de tener en cuenta a otras personas tiene que ir luego acompañado de verbos como YO COMPRENDO, YO DOY, YO AYUDO, YO ESCUCHO, YO TRABAJO EN EQUIPO o YO PERDONO. Y aquí sin empatía vamos mal.
(En el Lobo de Wall Street, Jordan Belfort nos demuestra cómo narcisismo y falta de empatía van siempre de la mano)
El segundo elemento aparece más recientemente. Desde el auge de internet y sobre todo desde el auge del móvil nos hemos vuelto aún más egocéntricos, más metidos en nuestra cueva de pensamiento sin levantar los ojos de la pantalla y comprender cómo piensan y sienten los demás. El móvil nos aisla emocionalmente, sesga absolutamente nuestra posición en el mundo y nos genera un ombliguismo espantoso. Sólo comprobamos las cosas en base a nuestro subjetivismo. Sólo hay que darse una vuelta por Twitter y comprobar cómo la empatía se tira a la basura y se cambia por odio o intolerancia.
(Escena de la maravillosa peli de Pixar Wall- E y las consecuencias del aislamiento emocional que provoca la sociedad tecnológica actual)
Dos YOISMOS, capitalista y tecnológico, que sumados a otros factores cómo la polarización política y social (“conmigo o contra mi), las desigualdades económicas o la de desensibilización mediática explican esta bajada de empatía en la sociedad y que incluso podrían llegar a explicar en parte al auge de la extrema derecha, las intolerancias, los extremismos o el capitalismo salvaje.
Así que para poner en valor más que nunca esta cualidad tan maravillosamente humana el próximo día explicaremos su funcionamiento y su beneficios y veremos recursos para que la desarrolléis , la valoréis y podrais disfrutar de todos los increíbles beneficios en absolutamente todas las áreas de la vida.
(Para acabar esta reflexión sobre la influencia tan negativa de la sociedad tecnológica actual en la empatía os proponemos ver la serie Black Mirror. Un planteamiento de escalofriantes supuestos distópicos no tan alejados de nuestro presente)
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hemos desarrollado una herramienta basada en el cine (y series) aplicable al coaching y a la terapia.
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