Consejos para llegar a ser un gran infeliz (parte III)
Acabamos nuestro especial de tres partes sobre cómo aprender a ser un infeliz a través del cine. 27 claves y 27 películas por si alguien quiere ser un profesional de la infelicidad. La […]
El paso del tiempo y la visión que tenemos de nuestra vida es algo que a todos nos toca. Lo podemos hacer cuando cumplimos años, el 31 de diciembre o cuando alguien muere, nos pararemos un rato a revisar nuestras vidas y analizaremos cómo se encuentra nuestra vida y todo aquello que hemos conseguido (y lo que no).
En terapia se trabaja muchas veces esta percepción del tiempo que es causa de muchos problemas psicológicos, el objetivo es volverla realista, efectiva y que nos aporte emocionalmente. Por ejemplo, cuando una persona cae en una depresión muchas veces es por esa interpretación negativa y abrupta del tiempo, por observar que el pasado ha sido perdido y que el futuro no tiene visos de cambiar. Nuestra manera de interpretar nuestra vida es crucial para ser feliz o infeliz, y no es tanto la vida que hayamos tenido sino nuestra enfoque sobre ella. Si nos empeñamos en ver lo negativo y lo que nos falta, estaremos generando una infelicidad vital que nos teñirá toda nuestra percepción del tiempo . Pero si nos empeñamos en aceptar lo negativo, en vivir nuestro presente y nos centramos en ver lo positivo, lo que tenemos y que nos llena, ganaremos muchos puntos para crear nuestra propia felicidad.
Para explicar la importancia de nuestra visión de la vida queremos proponer dos documentales imprescindibles. Dos documentales con muchas cosas en común, los dos son el retrato del paso de tiempo en una familia española media (con la alargada sombra del franquismo de por medio). Dos familias con un pasado y una evolución, con sus traumas, sus desequilibrios, sus circunstancias. Los Panero y los Salmerón son las dos familias que salen en estos dos documentales (Los Panero en “El Desencanto” y los Salmerón en “Muchos hijos, un mono y un castillo”) y que nos mostrarán dos maneras muy antagónicas de vivir la vida.
En “El Desencanto” vemos la visión desgarradora, crítica y negativa de la vida de los cuatro miembros de la familia Panero: una la madre y sus tres hijos (el padre ha muerto hace años). Los miembros de los Panero tienen una actitud altiva y soberbia de la vida, nada aceptadora y muy llena de resignación y heridas emocionales. Son una familia reprimida, represora y traumatizada, con un padre dominante que ya no está y unos hijos (y una madre) totalmente tocados por muchas actitudes negativas. Hay desilusión, amargura y desesperanza. Poseen casi todos los ingredientes para llegar a ser muy infelices. Ni siquiera hay amor familiar, solo distancia y muchos reproches que hacer. Paradójicamente la madre de los Panero se llama Felicidad y la verdad es que poca felicidad encontramos ni en ella ni en ninguno de sus miembros. Solo atisbamos una fortaleza psicológica, la creatividad de su hijo pequeño, Leopoldo María Panero, que tiene esquizofrenia y cuya creatividad le ayuda (y le ayudará) a llevar su enorme problema psiquiátrico convirtiéndose en uno de los mejores poetas españoles de los últimos tiempos.
Luego tenemos la visión de la familia Salmerón en «Muchos hijos, un mono y un castillo», reflejada sobre todo a través de la madre (Julita es la protagonista principal), una mujer desordenada, caótica e imprevisible pero positiva, llena de mucho humor, imaginativa y optimista. Julita tiene un marido y seis hijos, y es una familia llena de sueños y aspiraciones y con una visión humilde y relativizadora de la vida, muy aceptadora. Una familia con sus taras, sus traumas, su enormes defectos y sus caos pero llena de cariño y flexible. Buenos ingredientes para llegar a ser feliz. Julita (y su familia) tiene maravillosas fortalezas psicológicas como el amor, el perdón, la creatividad, el optimismo, el sentido del humor, la vitalidad, la mente abierta o incluso la espiritualidad. Un buen saco de fortalezas que explican cómo es posible que ante tanta “locura” todo se mantenga en pie y sean capaces de disfrutar la vida y ser felices. Es lo que yo llamo de broma “una familia inestablemente estable”, es decir una familia con mucho puntos negativos pero que sus fortalezas psicológicas las compensan con creces.
Dos familias que viven una misma época, que comparten una misma cultura y con circunstancias parecidas pero con una actitud muy diferente ante la vida que se vierten en forma de emociones en el espectador (de manera magistral en los dos casos). En mi caso lo vi muy claro, cuando acabé los dos documentales me quedaron dos posos emocionales muy diferentes. El Desencanto me dejó una dolorosa sensación de melancolía, de pérdida y del paso inexorable de un tiempo que no nos lleva a ningún lado. Justo al acabar “Muchos hijos, un mono y un castillo” sonreí y sentí una sensación de calidez, sonriente, con una sensación de esperanza y sobre todo, con muchas ganas de vivir.
Categoría: Psicología a través del cine
Etiquetas: Amor, Creatividad, Esperanza, Familia, Felicidad, Fortalezas psicológicas, Infelicidad, Mente abierta, Optimismo, Sentido del humor, Tiempo
Etiquetas de cine: Análisis película, Cine español, Documentales
Acabamos nuestro especial de tres partes sobre cómo aprender a ser un infeliz a través del cine. 27 claves y 27 películas por si alguien quiere ser un profesional de la infelicidad. La […]
‘Recuérdame. No llores, por favor. Te llevo en mi corazón y cerca me tendrás’. (Coco) Existen muchas culturas en donde la muerte se ve cómo algo tan oscuro y tenebroso que se suelen […]
tiempo que no nos lleva ?
Esas películas que ya saben cómo intrigar, muy a menudo publicado en estos https://peliculasonline4k.net sitios.