Editada por HODGSON & BURQUE psicólogos

Filmoterapia

Cine, coaching y psicología

Buscando a Eric (Ken Loach, 2009)

Buscando a Eric|Cine y terapia

Eric Bishop es un hombre ya maduro que afronta una crisis vital. Divorciado, tiene que educar y mantener a unos hijos que no le respeten, no le hacen caso y hacen en su cara lo que una desordenada adolescencia les va llevando a hacer.

En esta crisis, sus amigos se esfuerzan por animarle y verle mejorar. Las cervezas, los partidos, los libros de autoayuda en grupo.

Eric tiene dos pasiones conscientes que le dan y le quitan fuelle a la vez: el fútbol y una ex-novia que después de casi 30 años tendrá que volver a ver. Y dentro del fútbol, su gran ídolo, Eric Cantona, quien en medio de este desaliento, se le aparecerá en su habitación y se convertirá en su gran amigo y consejero. Alguien a quien sobreadmirar, y que pese a todo lo que vale, te concederá tiempo, importancia y coraje, a ti y a esas historias de cada día.

Siempre hay mas opciones de las que creemos, siempre.

Dice Eric a Cantona después de una larga conversación: «Es curioso, a veces olvidamos que eres un hombre». A lo que responde Cantona: «No soy un hombre. Soy Cantona». Reírse de uno mismo y de las circunstancias, mejor así.

Sobre todo en la infancia y en la adolescencia, pero no sólamente, los ídolos pueden ser fundamentales en un nivel racional para formar una motivación como modelo a alcanzar. En situaciones de crisis donde nos encontramos abatidos y con sensación de soledad e inutilidad, esta figura se refuerza en ciertas personas como necesaria. A Eric, le va a funcionar también como una forma de proyectar unas actitudes positivas incluso fuera del deporte en este caso. Cantona le otorgará con su presencia una función protectora ante sus miedos. Identificándose con él, renovará su sentimiento de pertenencia grupal (que es el que mueve en mayor medida el fútbol y otros deportes y actividades en grupo) al defender unas causas, luchar por unos ideales, siempre con un nuevo sentido de superación y fuerza que se hará más real e intenso gracias a la lucha compartida con sus amigos y colegas de fútbol.

Éste es el mayor énfasis que hace Ken Loach en la película. «Buscando a Eric», o buscando el yo bruto y valiente de sí mismo, de Eric, su propio ídolo, el que prefiere intentar y probar antes que desistir, y el que lo hará mejor si es con aquéllos que piensan como él. Clave para todo, para la vida, es la confianza en ti, y la confianza en los que te rodean. La autoimagen, cómo nos vemos, es la imagen que vamos a proyectar en los otros. Estos sentidos, comunitario e individual, que van a la par, correr riesgos, superarse a uno mismo, afrontar los recuerdos y remodelarlos si no ocupan un lugar a gusto en la memoria, para así poder convivir en paz con uno mismo, y nunca arrepentirse ni lamentarse.

Pero todo esto, no olvidemos decir, bañado en un humor un poco absurdo e irreal, propuesto por Loach como terapia grupal; con fondo serio, social y personal, donde encontraremos las relaciones, en su lado amoroso-pasional, en su lado familiar-incondicional, en su lado leal de amistad, y en su lado de dominancia y obligación. Y el fútbol como marco, el gran movimiento de masas.

«Sin peligro, no podemos superar el peligro. Y el que pronostica tiempo peligroso, jamás surcará los mares»

(Olga Burque) Filmoterapia

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SINOPSIS: Eric Bishop, un cartero de Manchester fanático del fútbol, atraviesa una dura crisis vital. Delante de sus narices sus dos hijos hacen trapicheos de todo tipo, su hija le reprocha que no sepa estar a la altura y en general su vida sentimental es desastrosa. Ni siquiera el buen ambiente que vive en el trabajo consigue levantarle el ánimo. Inesperadamente, una tarde se aparece ante él, en su propia casa, Eric Cantona, su mayor ídolo de siempre y la ex-estrella francesa de su equipo, el Manchester United. Eric consigue entablar amistad con el ex-futbolista, quien comprendiendo perfectamente su situación, le ayudará con consejos a retomar el control de su vida. (FILMAFFINITY)

«Por eso, un tipo de barrio (papelón de Steve Evets) encuentra la solución a sus problemas en una cómica sesión de autoayuda con los colegas: verse a través de los ojos de su ídolo. Con aire optimista, sin carga política pero sensible aliento social, se da cuenta de que, como en el fútbol, la unión hace la fuerza y el trabajo en equipo lo es todo. Y ahí, pasando de amargarse y bien pegado a su familia y amigos se encuentra la actitud adecuada: la de obviar el mentado episodio de la patada y poner en su lugar un precioso gol de vaselina por toda la escuadra a cámara lenta.» (Fragmento de una crítica de Pelis de Filmaffinity).

«Nunca se sabe hasta que se intenta. Y no se ha intentado si no se intenta de verdad. Pones todo tu esfuerzo, das lo mejor de ti. Y si lo has dado todo de ti y aun ‘fracasas’, la verdad del asunto es que no fracasaste. Cuando vas tras los sueños, no importa cuales sean, creces con el esfuerzo, aprendes con el intento y ganas con la acción» – L. Parsons

 

Categoría: Films analizados

Etiquetas: Amistad, Crecimiento personal, Crisis vital, Recursos psicológicos, Superación

Etiquetas de cine: Análisis película, Cine internacional, Comedias, Deportes, Largometrajes

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